Sevilla

El pirómano de Las Naciones actuó por "venganza" pero sólo quería "asustar a los vecinos"

  • Rafael 'el Francés', que está en prisión provisional, alega ante el juez que no pretendía volar el edificio, sino su propia vivienda

Colocó siete bombonas de butano y 60 litros de gasolina para incendiar el edificio, pero no pretendía matar a nadie. Éste es el principal argumento que Rafael P. P., el Francés, defendió en su declaración ante el juez de Guardia de Sevilla, que le envió a prisión imputado por un delito de estragos y 11 homicidios en grado de tentativa.

El vecino del número 30 del Parque de las Naciones reconoció en su comparecencia la autoría del incendio que obligó a desalojar a más de 80 personas y estuvo a punto de convertirse en un auténtica tragedia. Según dijo, actuó por "venganza" hacia sus vecinos, con los que mantenía una convivencia difícil y a los que había llegado a enviarles en los últimos años varias cartas con amenazas.

El pirómano alegó que, a pesar de todo el material inflamable que había distribuido por el edificio, sólo quería "asustar" a sus vecinos, por lo que restó importancia a las amenazas vertidas contra los demás propietarios, a los que aseguró que si no le dejaban tranquilo el asunto iba a terminar muy mal. Rafael P. P. reconoció que llevaba varios días acumulando botellas de gasolina, pero dijo que, en realidad, sólo quería incendiar su vivienda.

Respecto a los 120.000 euros que los Bomberos y la Policía hallaron en una bolsa sobre su cama, el detenido aseguró que lo dejó de forma consciente antes de abandonar el inmueble. Una vecina le sorprendió poco antes de que se produjera la explosión portando una maleta y llevando consigo a su mascota, un perro chihuahua. Tras observar la deflagración, el individuo cogió un taxi y se marchó del Parque de las Naciones, aunque la Policía lo interceptó sobre las ocho de la mañana en la Alameda de Hércules.

Rafael P. P. aseguró en su declaración judicial que "no está loco", cuando se le preguntó si prendió fuego al edificio porque padece algún tipo de trastorno, e insistió en que únicamente quería incendiar su propio domicilio. Al término de su declaración, el juez de Guardia ordenó el pasado domingo su ingreso en prisión, imputado por un delito de estragos, al haber intentado volar el edificio, y por 11 delitos de homicidio en grado de tentativa, uno por cada persona que resultó herida a causa del incendio. En la Unidad de Quemados Intensivos del hospital Virgen del Rocío continúa precisamente ingresado uno de los heridos, un hombre de 76 años que sufrió quemaduras en el 10% de su cuerpo, principalmente en las piernas y en los brazos. Otras dos personas que también tuvieron que ser ingresadas recibieron el alta médica el mismo día del suceso.

La comunidad de propietarios del edificio siniestrado se personará en la causa judicial abierta para solicitar una condena del detenido y reclamar las indemnizaciones para los vecinos que resultaron heridos y por los daños causados en el inmueble. Los vecinos continúan viviendo en casas de sus familiares y algunos están alojados en varios hoteles mientras se procede a la reparación de los daños.

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