Sevilla

Un plan urbanístico que proteja de manera efectiva el patrimonio de Sevilla

  • Arquitectos de prestigio advierten de las nuevas obras en la ciudad y la privatización del espacio público, como en la Plaza de la Magdalena

Veladores en la renovada Plaza de la Magdalena.

Veladores en la renovada Plaza de la Magdalena. / Antonio Pizarro

Un PGOU que vele de manera efectiva por la protección del patrimonio de la ciudad. Esa fue una de las reivindicaciones planteadas en la mesa redonda Los cambios en el paisaje urbano de Sevilla: evolución o destrucción, en la que participaron personalidades tan relevantes en el campo del patrimonio y la arquitectura como Rafael Manzano, Lola Robador, Ignacio Medina y José María Cabeza. En esta cita, celebrada en la Real Academia de Buenas Letras y moderada por su director, Ismael Yebra, se ha advertido de la precaria formación de los nuevos profesionales, de la pérdida de identidad general en la ciudad o de la privatización del espacio público.

El veterano y prestigioso arquitecto Rafael Manzano, ex director del Alcázar y con un sinfín de restauraciones a sus espaldas, no se mordió la lengua y fue muy crítico con la formación actual: “No creo en la normativa ni en las reglas, sino en los buenos arquitectos. Con una buena arquitectura se puede arreglar todo. Se puede defender hasta hacer una planta más si hay sensibilidad y talento. Lo que aprenden hoy los arquitectos en la Escuela es un drama. Tienen un gusto pervertido por la Escuela de Arquitectura”. Manzano se refirió a las nuevas construcciones de la Palmera, por cuyas dimensiones y volumen, las acusó de agresivas.

José María Cabeza, premio nacional de restauración, durante 20 años conservador del Alcázar y con más de 350 restauraciones a sus espaldas, insistió en cómo los cambios en la Palmera estaban provocando la pérdida de la arboleda y la destrucción de la tipología de ciudad-jardín: “Lo peor es que es legal. El gran enemigo del patrimonio es el dinero, el interés económico”. Cabeza advirtió de la reforma de la Plaza de la Magdalena, donde un grupo inversor ha pagado prácticamente el 50 % de la reforma: “Se está privatizando el espacio público. Es muy grave que esto suceda”.

Los intervinientes se mostraron favorables en una revisión del PGOU que persiga aumentar el respeto y la protección al patrimonio, que entre otras cuestiones unifique los criterios en toda la ciudad. Advirtieron de la vulgarización de la ciudad y pusieron el barrio de San Julián como ejemplo de una mala praxis, donde se ha ido destruyendo todo el caserío y ya sólo queda la parroquia como edificio antiguo y con sabor clásico.

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