El plateresco recupera su esplendor

Finaliza la última fase de restauración de la fachada consistorial La intervención se ha desarrollado en más de 700 metros cuadrados de piedra labrada entre el siglo XVI y el XX

El plateresco recupera su esplendor
El plateresco recupera su esplendor
Diego J. Geniz

18 de marzo 2014 - 05:03

Sevilla no es Salamanca, pero recuerda a la ciudad castellana en algunos de sus rincones. El plateresco es un estilo arquitectónico que no predomina en la capital andaluza como lo puede hacer el mudéjar, el barroco o el regionalista, pero sí aparece en elementos decorativos mezclado con los estilos anteriores. Así se puede apreciar en algunos patios del Alcázar u otros palacios y casas solariegas de la ciudad, aunque los mayores exponentes de este arte decorativo del último Renacimiento se encuentran en la Capilla Real y la Sala Capitular de la Catedral y, por supuesto, en la fachada del Ayuntamiento de la Plaza de San Francisco.

Precisamente, esta última obra fue ayer noticia después de que el gobierno local anunciara la conclusión de la tercera fase de su restauración que comenzó la anterior corporación local. Fue a principios de 2011 cuando se acabó la primera parte de la restauración, que se centró entonces en el famoso arquillo del Ayuntamiento. Se trata de unos trabajos promovidos por el Patronato del Real Alcázar y de la Casa Consistorial que ya entonces contemplaba la restauración de toda la fachada de la Plaza de San Francisco, cuya terminación se fijó entonces para finales de 2013.

El proyecto ha continuado con el gobierno del PP y ayer fue el propio alcalde, Juan Ignacio Zoido, y la directora de la restauración, Dolores Robador, los que dieron a conocer los resultados de la última fase que ha abarcado todo lo que se construyó desde el siglo XVI al XX.

En concreto, según apuntaron fuentes municipales, se han restaurado 258,80 metros cuadrados de superficie de fachada construida entre el siglo XVI y XVIII, mientras que la que se labró en el siglo XX ha comprendido 462,93 metros cuadrados. La intervención en la fachada de la Plaza de San Francisco comenzó en junio del año pasado. Ha constado de diversas fases. La última se inició en enero, ya que se tuvieron que desmontar los andamios para proyectar el mapping durante las fiestas navideñas.

Como ya ocurriera en la restauración del arquillo, el principal mal que presentaba la piedra era la contaminación a la que ha estado expuesta durante las últimas décadas. Por tal motivo, se ha procedido a limpiar el material, reforzar los elementos estructurales que estaban lesionados, consolidar y afianzar los elementos escultóricos deteriorados, ensamblar las piezas sueltas, eliminar los morteros degradados, impermeabilizar las cornisas y gárgolas así como proteger las esculturas de piedra.

Los criterios seguidos para la intervención han sido el de respetar los criterios de restauración que ya se aplicaron en el arquillo y emplear en las reposiciones materiales idénticos a los que Diego Riaño usó en su construcción. Dolores Robador aclara al respecto que los daños han sido mucho mayores en las superficies talladas, donde incluso había riesgo de desprendimiento.

Robador definió la fachada consistorial como "uno de los mejores exponentes del plateresco europeo". En este sentido, detalló que el emperador Carlos V quiso dejar huella de su imperio en este edificio, de ahí que mandara diseñarlo con las corrientes artísticas de la época. El resultado fue una construcción "con influencias italianas, brillante arquitectura e inmejorable programa decorativo". "El Ayuntamiento no tiene la dimensión colosal de las casas consistoriales italianas o centroeuropeas, pero supera a éstas en nivel arquitectónico y decorativo", apostilla Robador.

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