Un preso agrede a tres funcionarios que intentaban cachearlo en la cárcel de Sevilla II porque llevaba una nueva droga sintética
El reo empujó a un trabajador contra la pared y después lanzó un codazo y una patada a las dos compañeras del primer herido
Los funcionarios de las cárceles de Sevilla claman tras “la peor oleada de agresiones de la historia”
Tres funcionarios del centro penitenciario Sevilla II, en Morón de la Frontera, han sido agredidos este martes por un interno que, tras un cacheo motivado por la sospecha de que podía llevar drogas en un bolsillo, propinó empujones y golpes a los profesionales. Así lo han detallado los sindicatos CSIF y Acaip-UGT en sendas notas.
El suceso ocurrió poco después de las 12.00 horas en el módulo 6. Ante la sospecha de que portase papel impregnado en sustancias tóxicas, la nueva droga de moda en los centros penitenciarios, los trabajadores cachearon al preso, pero este opuso resistencia. De hecho, se negó a vaciar sus bolsillos. Cuando accedió, trató de ocultar el trozo de papel, que cayó al suelo. Y cuando un funcionario se dio cuenta y se agachó para cogerlo, el interno lo empujó violentamente contra la pared y le lesionó un brazo.
Las otras dos profesionales que se encontraban en el cacheo intentaron reducir al reo, pero una de ellas recibió un codazo en la mejilla y la segunda, una patada en el codo.
En consecuencia fue avisado el jefe de servicios, que llegó acompañado de funcionarios de refuerzo. Entre todos procedieron al traslado del interno al módulo de aislamiento. Por su parte, los tres funcionarios fueron atendidos en la enfermería del centro penitenciario.
Al hilo de este suceso, CSIF ha solicitado a la dirección del centro la "conducción inmediata" del interno a "otro establecimiento más adecuado". También ha advertido de la "falta de respuestas adecuadas y eficaces" ante la escalada de este tipo de agresiones en las prisiones. Por eso reivindica una relación de puestos de trabajo (RPT) específica de la Administración Penitenciaria, la condición de agentes de la autoridad, una formación adecuada y unos medios coercitivos "actualizados para estas situaciones", como pistolas táser y otros instrumentos técnicos y tecnológicos.
Acaip-UGT, por su parte, ha felicitado a los compañeros que participaron en la reducción del preso pero también ha denunciado la "grave situación de violencia" que padecen los trabajadores penitenciarios, así como "la falta de medios adecuados para evitar la entrada y detección de esta nueva droga sintética que ya ha provocado víctimas mortales" en otras cárceles del país. De ahí que exija al Ministerio del Interior que adopte "medidas urgentes y eficaces para reforzar la seguridad en los centros", que invierta en formación y medios materiales y humanos y "que reconozca de una vez por todas" la singularidad y peligrosidad del trabajo penitenciario" y nombre a los funcionarios de prisiones como agentes de la autoridad.
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