La profundidad del terremoto del domingo evitó que causara daños

Fue breve, apenas unos segundos, el tiempo suficiente para sentir que la tierra se movía. El Servicio de Emergencias 112 de Andalucía registró el pasado domingo una quincena de llamadas telefónicas de diversos municipios sevillanos tras el seísmo que tuvo su epicentro en el mar de Alborán. El terremoto, con una magnitud de 4,7 grados en la escala de Richter, se dejó sentir, además de en Sevilla, en las provincias de Córdoba y Málaga. Su profundidad, de 102 kilómetros, aunque le confirió una gran onda expansiva, evitó que ocasionara daños materiales y personales.

"No existe una relación directa que se pueda generalizar, aunque lo más frecuente es que a mayor profundidad, la onda expansiva llegue a más lugares sin causar grandes daños". Ésta es la explicación que aporta el sismólogo Pedro Expósito, de la Red Sísmica Nacional, sobre el terremoto que se registró el pasado domingo y que se sintió en buena parte de la provincia. La profundidad cuando se produce un seísmo condiciona su onda expansiva, de ahí que en este caso llegara a tres provincias. Sin embargo -y aunque no se trate de una regla de tres- el hecho de que se localizara a más de cien kilómetros de profundidad evitó daños personales y materiales. Según Expósito, si se hubiera producido cerca de la superficie, los efectos habrían sido más considerables.

De hecho, las llamadas que recibió el 112 a partir de las 18:32 del domingo, cuando se registró el seísmo, alertaban de "temblores" de tierra, pero ninguna advirtió de daños materiales. Los municipios en los que los efectos del seísmo más se sintieron fueron Guillena, Las Pajanosas, Mairena del Aljarafe, la barriada nazarena de Montequinto y la propia ciudad hispalense.

La provincia sevillana se sitúa en una zona de intensidad sísmica media-baja, es decir, bastante alejada de los puntos en los que con más frecuencia se registran terremotos en Andalucía, como son Granada, el Golfo de Cádiz y el litoral onubense. No obstante, por su cercanía con estos enclaves la probabilidad de que se produzca un seísmo o de que la onda expansiva llegue a la provincia es mucho mayor que la de los municipios situados en las meseta española, donde la actividad sísmica es prácticamente nula, según explicó este lunes a este periódico Pedro Expósito.

Un precedente muy cercano en el tiempo fue el terremoto de una magnitud de 4,3 grados que se produjo el pasado 19 de agosto y que tuvo como epicentro Montellano. Su duración también fue breve, apenas cuatro segundos, aunque se llegó a sentir hasta en 12 localidades de la provincia, incluida la capital.

La comarca con mayor movimiento sísmico es el Aljarafe, por su proximidad a la costa atlántica, donde tuvieron su origen los terremotos que han causado grandes daños en Sevilla. Precisamente, el 1 de noviembre se cumplieron 259 años del terremoto de Lisboa -cuyo origen fue un tsunami- que en Sevilla acabó derribando 300 casas.