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"Me quité los anillos para ir a aplaudir a Zapatero en Madrid"

  • Maribel Montaño. Fue dos veces la más votada en las municipales de Carmona, donde esta licenciada en Geografía e Historia empezó de conserje. Monteseirín la rescató del mundo mundial para rematar su tercer mandato

Maribel Montaño, en el patio de la Casa de la Cultura de Carmona (antigua Casa de las Descalzas).

Maribel Montaño, en el patio de la Casa de la Cultura de Carmona (antigua Casa de las Descalzas). / José ángel garcía

Hizo la tesis doctoral (con Álvarez Santaló) sobre la demografía de su pueblo y le faltaron 123 votos para la mayoría absoluta y la Alcaldía. El sueño de Maribel Montaño (Carmona, 1962), que en 1989 entró en el PSOE y de conserje en el Ayuntamiento.

-¿Cómo conoce a Monteseirín?

-Era secretario de organización del partido y me presentó de candidata en Carmona en 1995.

-Le hicieron la pinza dos veces.

-Habíamos gobernado ininterrumpidamente desde 1979 y tuve la desgracia de que cuando encabecé la lista dejamos la Alcaldía. IU, la verdadera izquierda de la que hablaba Anguita, gobernó con el apoyo del PP el 95 y el 99.

-¿Cómo llega al Ayuntamiento?

-El 14 de agosto de 1989 saqué la plaza de conserje. Había muerto mi madre. Tuve a mi primera hija. Me enteré de la convocatoria dándole la papillita de fruta. Dos años después saqué la plaza de directora de Cultura.

-¿No hubo tercer intento?

-Carmeli Hermosín me dijo que me llamaría Carmen Calvo para sustituir a Pilar Gómez Casero como delegada de Cultura.

-Hay fotos con monseñor Amigo de esa época.

-Firmamos el convenio para la restauración del patrimonio. Las conversaciones con Peinado y Paco Navarro eran florentinas. Esa precisión, esa sabiduría, esos estiletes en los detalles. Nos hicimos muy amigos. Yo tenía que defenderlo desde una perspectiva progresista y no confesional. Hace poco coincidí con Carlos Amigo en Antequera. Nos peleábamos por teléfono. Le decía que yo no podía arreglar todas las iglesias. Si las quemaron ustedes en el 36... No me quedó una sola iglesia de la provincia por ver y muy pocas por arreglar. Incluidos los cuatro jinetes del Apocalipsis de Paco Navarro: San Andrés, San Vicente, San Román y San Bartolomé.

"Las conversaciones con la Iglesia eran florentinas: precisión, sabiduría, un estilete en todos los detalles"

-¿Cuándo salta a la política autonómica?

-Me lo propone Luis Navarrete. Que también da mi nombre para la Ejecutiva Federal en 2004. Me quité los anillos para ir a Madrid a aplaudir a Zapatero con aquella frescura. Me ofrecieron Medio Ambiente o Igualdad. Y Zapatero me pide que vaya por todo el mundo para explicar aquellas leyes de igualdad, contra la violencia de género, de matrimonio entre personas del mismo sexo. Fui a Sudáfrica, a muchos países americanos, incluido Nicaragua. China, Japón. Algunos viajes con Zerolo.

-¿Y cambia la 'Champions' por la política local?

-Un día me llama Alfredo y me pregunta si sigo teniendo ambición política. Juan Carlos Marset se había ido a Madrid con el ministro de Cultura. Entro en 2007 y tengo en el bolso los cargadores de tres móviles: el del Ayuntamiento, el de diputada y el de la Federal.

-Le tocó el tercer mandato de Alfredo Sánchez Monteseirín...

-El mejor, se recogen los frutos. Aunque se veía venir la crisis, no había restricciones económicas. Me tocaron directamente las setas, el Anticuario, la peatonalización. Era una bronca diaria. Yo venía de viajar por todo el mundo y la tensión del Ayuntamiento de Sevilla no la había visto en ningún lado. El alcalde había perdido la confianza en Emilio Carrillo y me nombra portavoz.

-Una hija de la Carmona fenicia, romana, árabe, con las 'setas'...

-Al final me enamoré de las setas. Un día me dice Alfredo que me saque un billete para Brasilia, que tengo que ir a defender la torre Pelli ante la Unesco. Le digo que soy de Carmona, que yo lo de los rascacielos... Pero el alcalde me habla de tres mil puestos de trabajo, de un espacio moderno y yo a la orden. Con cuatro papeles y un poquito de inglés, me voy a Brasil.

"En Carmona me propusieron candidata en 2015, pero lo del susanismo lo llevaba mal y se me notaba"

-Con ese bagaje tan extenso e intenso, ¿no pensó volver a intentar la Alcaldía de Carmona?

-Hubo compañeros que me lo propusieron en 2015. Alguien me dijo que habían hecho una encuesta y yo me llevaba de calle a las otras tres personas que propusieron. Pero lo del susanismo lo llevaba mal y se me notaba.

-Se quedó sin ser alcaldesa y reina maga de la Cabalgata...

-Fue un episodio muy desagradable. Iba a ser Gaspar. Yo dije que no quería ir disfrazada de hombre, sino de reina maga, y que no había ningún texto que dijera que los reyes llevaban barba. Lo de la barba creó mucho debate.

-Carmona es uno de los principales platós de cine mundial...

-Mi madre siempre refería cuando fue extra en Malvaloca y lo guapísima que estaba Amparito Rivelles cuando se asomaba por el balcón de la iglesia de San Felipe. Nosotras salíamos corriendo del colegio de monjas para ir al rodaje de Pepita Jiménez. Aquí damos muchos permisos para rodajes. El último fue para La peste.

-¿Y la niña de la papilla?

-Beatriz trabaja de abogada. Después nació Marcos, que hizo Educación Física, pero se decantó por el chino y se quiere ir a China.

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