Sevilla

En recuerdo del esplendor romano

  • La Fundación Itálica de Estudios Clásicos celebró en una jornada el aniversario del emperador Adriano

No hace falta excusa alguna para acercarse al Conjunto Arqueológico de Itálica, aunque ayer había varias y buenas razones para hacerlo. Para empezar, el día soleado y no muy frío que se presentó. Segundo, la celebración del aniversario del nacimiento del emperador romano Adriano, nacido en Itálica. Tercero, la adquisición del libro Motivos para un anfiteatro, de la poetisa sevillana María de los Reyes Fuentes. Cuarto, la visita guiada y gratuita a todo el conjunto por expertos arqueólogos. Y hay más.

Santiponce saltó a la actualidad el pasado viernes al encontrarse los restos de la escultura de una diosa romana en la zona del Cerro de San Antonio. Desde hace más de 50 años no aparecían restos de este tipo, de ahí la importancia del hallazgo, el cual resaltó el presidente de la Fundación Itálica de Estudios Clásicos, José Rodríguez de la Borbolla: "Este hecho da vitalidad al yacimiento y no se descarta que aparezcan más restos".

El ex presidente de la Junta de Andalucía, además de abrir el acto conmemorativo y de realizar la ofrenda floral bajo la estatua de Adriano junto a la directora del conjunto arqueológico, Sandra Rodríguez de Guzmán, aprovechó la ocasión para pedir un futuro "gran parque cultural", que abarcaría Itálica y otras zonas aledañas, como los dólmenes vecinos, lo que ofrecería "dinamización" y exigiría "un mayor compromiso de la Administración". "Las posibilidades que ofrece el conjunto requieren una mayor autonomía en su gestión y mayores recursos económicos", apuntó Rodríguez de la Borbolla.

En el mismo sentido se dirigió a los asistentes la directora del conjunto, que destacó "la gran labor del equipo de personas que trabaja en y para Itálica". "Nuestro trabajo es difundir nuestras raíces culturales, no arrancarlas", precisó Sandra Rodríguez de Guzmán antes de colocar una corona de laurel junto a la efigie del emperador Adriano, haciendo un guiño además al libro de María de los Reyes. Ambos directores del acto también recordaron tanto las costumbres como el sistema social y político de aquella época de hace dos mil años, "cuna del foro de ideas" y con vigencia aún de muchas de ellas.

El toque emotivo llegó por obra de María de los Reyes Fuentes, poetisa sevillana que en 1970 publicó Motivos para un anfiteatro, libro que se encargó de regalar y de firmar a los presentes, aunque antes se atreviera a dedicar unos versos al público asistente ante una foto suya de sus años mozos en Itálica.

Y es que las visitas al conjunto arqueológico han sido una tradición de varias generaciones, si bien el objetivo fundamental de una celebración como ésta no es otra que convertir este día en una jornada familiar, con mayor interés puesto hacia los más jóvenes. Una buena oportunidad para aprender más sobre Itálica y sobre nuestra historia, ya que las visitas guiadas de ayer eran conducidas por reconocidos arqueólogos y por voluntarios de la Fundación de Estudios Clásicos, los cuales han asistido al seminario Cómo enseñar Itálica, impartido por expertos en la materia como José Beltrán, Manuel Rodríguez Hidalgo, Fernando Amores y Oliva Rodríguez.

De esta forma, un asistente atento podía aprender que los romanos convivieron de forma pacífica al llegar a la zona con un asentamiento turdetano, o que Itálica se convirtió rápidamente en un punto importante del comercio de la época al contar con puerto propio. Los profesores que guiaban la visita también explicaron que ésta no fue una ciudad clásica romana en materia urbanística, sino de estilo griego, con calles más anchas junto a los edificios públicos, mientras que las casas contaban con un pórtico de entrada y carecían de ventanas como detalles significativos.

Sin embargo, perderse por los caminos de Itálica de forma solitaria también aportaba detalles interesantes a modo de viaje hacia el pasado. No hay mejor ejemplo que los túneles del anfiteatro, donde el silencio de las piedras y la oscuridad de los pasillos evadían al paseante en un recorrido similar al que hicieran gladiadores y fieras. Además, las casas, el templo y las termas dejaban lugar a la imaginación de otros tiempos de esplendor de la ciudad romana de Itálica.

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