Al rescate de Al-Andalus

La histórica librería Al-Andalus se ha salvado in extremis del cierre tras 47 años siendo uno de los referentes culturales de Sevilla. Los responsables del rescate son Alejandra Ligero y Guillermo Loaysa, dos jóvenes titulados universitarios en paro que han decidido dar un paso adelante y lanzarse a la aventura de reflotar esta librería creada en 1967 por Luis de Santisteban y Bernardo de Quirós.

"Todo comenzó durante una charla de café con amigos, tras conocer la noticia del cierre. Estábamos en paro y decidimos hablar con la actual propietaria, María José de Santisteban, para evitar el cierre", asegura Alejandra Ligero, titulada en Filología Inglesa, traductora y asidua cliente del negocio. Por su parte, Guillermo Loaysa, titulado en Filosofía, asegura que no dudó en "meterse a saco" para evitar la clausura definitiva del negocio ubicado en la calle Roldana (bocacalle de la Roldana).

Por el momento los dos jóvenes emprendedores han llegado a un acuerdo para compartir el espacio con la propietaria a la espera de cerrar el traspaso definitivo de la librería, la cual cuenta con un fondo de más de 50.000 volúmenes, muchos pertenecientes a legendarias colecciones como la inglesa Oxford Classical Text o la francesa Les Belles Lettres. La culminación de la operación está pendiente de que se termine de cerrar el crédito que han solicitado. "Todo eso del apoyo a los emprendedores no es cierto, incluso hay muchos problemas con los créditos del ICO", asegura Loaysa.

La intención de los dos libreros es mantener el espíritu tradicional de la librería Al -Andalus -que siempre ha estado vinculada a las humanidades gracias a un muy buen fondo de Filología Clásica-, pero también hacer algunos cambios que actualicen su oferta.

En lo que a los fondos se refiere, la intención es crear una sección de literatura actual en inglés y otra de novedades literarias en español, con especial mimo para las pequeñas editoriales que están surgiendo en la actualidad. "Queremos volver al espíritu original del librero, conocer bien el fondo y recomendar a los clientes según sus gustos y aficiones", asegura Alejandra Ligero. Guillermo Loaysa, por su parte, también señala el objetivo de convertir Al-Andalus -el lugar donde se celebró el primer homenaje público a Federico García Lorca tras la Guerra Civil- en un lugar de encuentro cultural, con la celebración de presentaciones de libros, tertulias, talleres literarios, conciertos, etcétera.

Asimismo, la intención de los dos libreros es conservar la decoración de esta entrañable librería cuyas paredes están decoradas con las firmas manuscritas del historiador Ramón Carande, el poeta Joaquín Romero Murube o el pintor José Manuel Capuletti, entre otros. Eso sí, sin desvirtuar el espacio, modernizarán algunos rincones para adaptarlos a los nuevos usos.