El reto de la transformación en la cárcel

La Fundación Grupo Azvi desarrolla en el centro penitenciario de mujeres de Alcalá de Guadaíra un programa de psicoterapia para favorecer la integración social de las reclusas.

Un grupo de mujeres durante una sesión de psicodrama.
Un grupo de mujeres durante una sesión de psicodrama.
Noelia Márquez

27 de mayo 2013 - 05:03

A través de la dramatización con elementos como títeres, danza o telas, un grupo de reclusas del centro penitenciario de Alcalá de Guadaíra participa en un programa de psicoterapia para facilitar su reinserción, tanto en el mundo laboral, social, como familiar o afectivo. El proyecto Desarrollo Local y Asistencia Social Darse Cuenta que la Fundación Grupo Azvi realiza en la prisión de mujeres ya ha dado resultados positivos y son las propias presas quienes así lo expresan: "El psicodrama ha sido y es estupendo porque aprendo muchas cosas y me conozco a mí misma"; "significa aprender de los demás, aprender por mí misma, ver las cosas desde otros puntos de vista. Entretenimiento, compasión, conocer las virtudes de los demás y ver mis propios defectos".

Este proyecto comenzó en 2012 y hasta la fecha han participado alrededor de 70 mujeres. "El psicodrama es un método psicoterapéutico que trabaja a través de la acción, del teatro o de la danza", explica Malena Rubistein, psicóloga y directora de psicodrama, coordinadora del proyecto. Por ejemplo, a través de los títeres, como instrumento intermediario, "las mujeres representan escenas de diferentes situaciones a veces muy traumáticas de violencia vividas por ellas en la infancia o desde la infancia hasta la edad adulta. A través de los títeres pueden volver a tener la posibilidad de trabajar terapéuticamente con lo que les pasó y modificarlo de alguna manera teniendo un efecto reparador y preventivo. Con ello, ensayan en el escenario distintas posibilidades y roles ante situaciones diversas, que pueden llevarse a la práctica en el futuro", explica la psicóloga.

De este modo, la dramatización se convierte en un medio pedagógico y de transformación para que las reclusas puedan expresarse en libertad. Se trata de un método que creó Levy Moreno en los años 40 del siglo XX, cuando comenzó a trabajar en teatro con personas que vivían en la calle. "Se dio cuenta del efecto terapéutico del teatro y comenzó a crear este método", añade Rubistein, quien explica que este método se basa en trabajar con "las personas a través de la acción en un contexto dramático". Mediante el movimiento, los títeres y otras técnicas, se favorece el poder expresivo de cada participante para ir descubriéndose a sí misma en cada momento vital".

Durante 2012 participaron 42 mujeres y tras los resultados positivos cosechados, durante 2013 se han organizado dos grupos, uno dirigidos a madres y otro a la población reclusa general. "Las madres aprenden nuevas pautas para comunicarse con sus hijos y trabajan con las dificultades del rol materno para que su permanencia en la cárcel no tenga consecuencias negativas para ellos en el futuro", añade la especialista.

Este programa de reinserción Darse Cuenta tienen el objetivo de "incidir sobre el fomento de la autoestima y el empoderamiento personal de cara a lograr una integración positiva en el entorno familiar y social para ellas y sus hijos", incide Pilar Kraan, gerente de la Fundación Grupo Azvi y responsable de este proyecto. Se trata de un desafío a largo plazo para responder a las necesidades de afecto, criterio, sentido común, empatía, habilidades sociales o comprensión, que presentan estas mujeres muchas de ellas víctimas de malos tratos.

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