Un segundo testigo clave para la investigación avaló ayer la teoría de los investigadores y del juez instructor respecto a que el cuerpo de Marta del Castillo pudo ser sacado en la madrugada del día 25 de enero de 2009 y no antes de las diez de la noche, como asegura el asesino confeso. Este segundo testigo, Antonio Trenado, propietario de un bar próximo a la vivienda de Miguel Carcaño, explicó al tribunal que en torno a las dos o dos menos cinco minutos de la madrugada, cuando se disponía tirar la basura de su establecimiento, observó a dos jóvenes empujando una silla de ruedas con una "alfombra o una moqueta" en dirección a unos contenedores de la calle Jorge de Montemayor, donde el asesino había asegurado en una de sus versiones que habían arrojado el cuerpo de Marta. 

El dueño del bar describió a los dos individuos como dos personas jóvenes, que llevaban puestas sendas sudaderas con capuchas, por lo que no pudo distinguirles la cara, ambos delgados y con una diferencia de estatura de unos diez centímetros. El más alto llevaba una sudadera de color marfil y, según su testimonio, iban "bastante deprisa y con la cabeza agachada". 

El testigo indicó que, aunque estuvo a una distancia de unos 20 o 30 metros de ambos jóvenes y "no los perdió de vista en ningún momento", no pudo observar que arrojaran ese bulto al contenedor, porque el ángulo que tenía y una casetilla de una operadora de telecomunicaciones se lo impedían. En cualquier caso, el dueño del bar aseveró que vio cómo se dirigían al contenedor y luego regresaban sólo con la silla de ruedas hacia la calle León XIII, donde vivía Miguel Carcaño, que era además cliente suyo en el bar. 

Los intentos de los abogados por poner en entredicho el horario que mantiene el testigo, tratando de hacerle ver que pudo ser otro día y no el de la desaparición de Marta, fueron completamente en vano. "Estoy completamente seguro de que vi a los dos jóvenes en la madrugada" del día 25, sentenció Antonio Trenado, que no advirtió de la presencia de ningún coche en las inmediaciones. 

El testigo explicó por qué no contó lo que había visto hasta más de un mes después de la desaparición de Marta del Castillo y, en este sentido, indicó que no fue hasta que Miguel Carcaño contó que la habían tirado a un contenedor cuando cayó en la cuenta, hasta ese momento no había relacionado lo que observó aquella noche con el asesinato de Marta. "Fue como un flash que me vino a la mente y dije 'lo que vi está relacionado", añadió el dueño del bar, que incluso situó con exactitud la hora en los vio porque coincidía con la parte final del programa de Canal Sur Televisión Se llama copla que estaba viendo su mujer aquella noche. 

El testigo señaló que también le extraño que los jóvenes arrojaran a esa hora al contenedor la alfombra o la moqueta, puesto que era bastante tarde, estaba lloviendo y hacía frío, y no había nadie en la calle.