Educación

Un sevillano recoge 250.000 firmas para que España apruebe una ley contra el acoso escolar

Kira, con sus padres José Manuel y María José, en el Patio de las Doncellas del Alcázar de Sevilla.

Kira, con sus padres José Manuel y María José, en el Patio de las Doncellas del Alcázar de Sevilla. / D. S.

El 2 de mayo es el día contra el acoso escolar. Una jornada que pasa muy desapercibida en los centros educativos, pese a que se trata de un grave problema que se ha acentuado fuera del aula, a través del bullyng por internet y redes sociales. La lucha contra la situación que sufren numerosos menores en colegios e institutos ha vivido su último capítulo en Asturias, donde presuntamente una joven se ha suicidado tras un episodio de acoso, como dejó reflejado en una carta que ahora se investiga. 

José Manuel López, un sevillano (natural de Alcalá del Río) que se trasladó siendo niño a Cataluña cuando sus padres emigraron, vivió una circunstancia muy parecida en 2021, cuando su hija Kira, de 15 años, se quitó la vida tras sufrir bullyng por parte de compañeros del aula en un colegio concertado de Barcelona. Una experiencia traumática que ha llevado a José Manuel a emprender una campaña de recogida de firmas para que se apruebe una ley contra el acoso escolar que castigue a quienes lo cometen y también a los centros de enseñanza que la incumplan. Ya ha recogido 253.000 rúbricas de apoyo en toda España. 

"Kira era una niña extrovertida. No se guardaba nada para ella". Así recuerda este barcelonés de origen sevillano a su hija. Un carácter alegre, nada reservado, que cambió por completo cuando pasó a Secundaria. "Se volvió tímida. No nos contaba nada a su madre y a mí", refiere. Aquella alteración de conducta guardaba un motivo: los insultos y agresiones que estaba sufriendo dentro y fuera del aula. 

Insultos desde Primaria

En días recientes, José Manuel ha publicado en su cuenta de Twitter un escrito en el que evidencia que este acoso venía de lejos. Comenzó en Primaria, cuando Kira era una niña. Entonces aún tenía amigas que la defendían. Tanto es así, que una de ellas le escribía qué debía responder ante los ataques de otros compañeros que la despreciaban con calificativos como "tonta, idiota, retrasada o listilla". "Tener amigas hizo que sobreviviese a los 15 años porque en el caso de Kira los docentes y la dirección del Manyanet no hacían nada. Al contrario, si se quejaba, le asignaban otra clase a la que no iban las amigas 'para que aprendiera a socializar'". 

Uno de los objetivos que persigue este sevillano con la aprobación de una ley contra el acoso escolar va dirigido a los centros de enseñanza, a los que debe pedírseles responsabilidades en caso de que "se crucen de brazos" ante este tipo de situaciones. "Muchas comunidades [como Andalucía] cuentan con un protocolo de actuación, pero al no existir una ley al respecto, a los centros que no lo cumplen no les pasa nada", advierte este padre. 

También hace hincapié en que muchos centros se desentienden del ciberacoso o de las agresiones verbales y físicas cometidas fuera de las instalaciones educativas, al argumentar que exceden de sus competencias. "Los hechos se producen entre compañeros de clase y los colegios tienen responsabilidad también", afirma. 

"Un veneno que mata con el tiempo"

José Manuel López y su hija Kira, delante de la Torre del Oro. José Manuel López y su hija Kira, delante de la Torre del Oro.

José Manuel López y su hija Kira, delante de la Torre del Oro. / D. S.

"Hoy mi hija está muerta. El 'bullyng' hay que pararlo desde el inicio o puede actuar como un veneno que mata con el tiempo", señala José Manuel, que pone de ejemplo lo ocurrido recientemente con Claudia, la joven asturiana que se ha suicidado por presunto acoso escolar. "Claudia, la chica de Gijón, se suicidó cuando ya no iba al instituto. En su desgarradora carta explica cómo sus agresores consiguieron quitarle la autoestima, justo lo mismo explicó Kira en varios de sus testimonios que llevaremos a juicio", incide este catalán de origen sevillano.  

Desde que Kira se quitó la vida, José Manuel ha denunciado la reacción del colegio donde estudiaba, al que acusa de no hacer nada frente al acoso. "No se puede permitir que en este tipo de situación se aísle a la víctima, mientras a los culpables no se les aplica ninguna medida. Esos jóvenes acabarán siendo acosadores y delincuentes cuando sean mayores", alerta. 

El colegio donde estudiaba Kira era un concertado religioso, Pare Manyanet de Sant Andreu, perteneciente a los Hijos de la Sagrada Familia. Este centro fue noticia en 2022 por sancionar a un informático que había desvelado el caso de pedofilia de un sacerdote miembro de dicha orden. 

La inexplicable excepción de España

José Manuel recuerda que España es "el único país" de occidente en el que no existe una ley contra el acoso escolar, pese a registrar cifras muy altas de bullyng. Ha llevado su propuesta a Pilar Alegría, ministra de Educación, que los ha recibido en Madrid. La respuesta de Alegría fue que se trata de un asunto de "competencia autonómica", por lo que devolvió "la pelota" a la Generalitat de Cataluña. Por tal motivo, el pasado sábado convocó una manifestación en la que exigía que Cataluña cuente con una normativa al respecto. No obstante, López no ceja en su empeño de que esta ley tenga carácter estatal, al igual que ocurre con las constantes reformas educativas cuya aplicación resulta obligatoria en todas las comunidades autónomas, como es el caso de la reciente Lomce. 

La única medida contemplada por el Estado frente al acoso escolar viene recogida en la ley orgánica, del 4 de junio de 2021, relativa a la protección integral de la infancia y la adolescencia frente a la violencia. En ella se establece la necesidad de que los centros educativos cuenten -como ocurre en Andalucía- con protocolos de actuación frente a indicios de abuso y maltrato, acoso escolar, ciberacoso, acoso sexual, violencia de género, violencia doméstica, suicidio, autolesión y cualquier otra forma de violencia. 

Junto a la normativa que reclama, López insiste en la necesidad de que los centros escolares cuenten con más recursos a la hora de afrontar a casos de acoso escolar. Por un lado, una mayor dotación de psicólogos que atiendan a las víctimas, pues acaban padeciendo problemas de salud mental. Y por otro, una mayor formación de los docentes para saber cómo actuar ante este tipo de situaciones. 

"Claudia, Kira y tantos otros ya no podían más. Les hicieron sentir que nunca valdrían nada. Claudia sólo vio la posibilidad de "justicia" señalando y exponiendo a sus agresores en esa carta que dejó, pero quitándonse la vida también, incapaz de ver otra salida porque las violencias en los centros escolares quedan impunes... pero las víctimas quedan rotas para siempre", concluye José Manuel, un padre que perdió a su hija de 15 años por acoso escolar.

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