Un sindicato de Tussam alerta de los “riesgos” de que haya "conflictos" entre aficionados del Betis y conductores
La Agrupación Sindical de Conductores (ASC) cree que los ciudadanos "son propensos a generar conflictos" con los chóferes en "zonas de aglomeración donde las opciones de movilidad son reducidas”
La organización ha pedido a Tussam que haya personal de seguridad en los autobuses y que coloque las paradas más cerca del estadio
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El Ayuntamiento ha organizado un dispositivo especial de movilidad para ampliar las opciones de desplazamiento de los aficionados del Betis en su primer partido en la Cartuja, que le enfrentará al Alavés a partir de las 21.30 horas. Una de las medidas más destacadas es que habrá 36 autobuses de Tussam dedicados en exclusiva a llevar y traer a los aficionados y tres lanzaderas que saldrán desde Sevilla Este, la Barqueta y Blas Infante. Todos los autobuses serán gratuitos en el viaje de regreso a la finalización del choque. El plan, sin embargo, no acaba de convencer a la Agrupación Sindical de Conductores (ASC), uno de los sindicatos más representativos en Tussam, que incluso alerta de la posibilidad de que haya “conflictos” entre los asistentes al encuentro y los chóferes.
La advertencia ya ha sido puesta en conocimiento de los responsables de Tussam, en concreto de su jefa de Prevención. En un correo electrónico enviado anteayer miércoles, el delegado de la ASC le detalla un informe sobre el servicio de lanzaderas después de que ese mismo día cursasen una visita para analizar el recorrido de esos autobuses. Y su conclusión es que ha “percibido” distintos "riesgos".
El primero que cita es que la circulación será “compartida con peatones” en la salida del estadio por la calle Américo Vespucio, que cruza la Cartuja por dentro. Según ASC, eso “constituye un riesgo para la integridad de usuarios y estrés adicional para los conductores, al igual que ocurre en la Campana con el Plan de Navidad o en la calle Asunción durante la Feria”.
El segundo foco de dificultades es “la aglomeración de personal en una zona donde las opciones de movilidad son reducidas”. Ese factor “supone un cambio en los estados de ánimos” de los ciudadanos, que de esta manera “son propensos a generar conflictos con los conductores por la frustración que genera en los usuarios no poder acceder al bus y carecer de servicio alternativo”.
El tercer y último pero, según la ASC, radica en la distancia que hay desde el estadio a las paradas, dos de ellas ubicadas en la calle Juan Bautista Muñoz y otra bajo el viaducto del Alamillo. Esos 200 o 300 metros, según el sindicato, pueden “generar tensión en los usuarios que se incrementa mientras recorren dicha distancia con un estado de frustración elevado”. Lo que no aclara la ASC es si esa frustración tiene que ver con el posible resultado del partido.
Además de señalar estas fuentes de peligro, la ASC propone tres “medidas correctoras”. La primera es “que cualquier zona de circulación compartida con los peatones disponga de separaciones físicas entre estos y el bus, así como vigilancia policial en los pasos de peatones que crucen dicha zona acotada hasta que termine el servicio”.
La segunda petición es que haya personal de seguridad “en cada bus o en el acceso al vehículo” y que sean ellos los que “ordenen y controlen” la subida de pasajeros y “velen por que los conductores puedan cerrar las puertas sin riesgo de atrapamiento”. Su otra misión sería “evitar cualquier conato de altercado con el conductor”.
La última propuesta es que las paradas estén “cerca del estadio”, a ser posible en “las zonas aledañas donde habitualmente se realizan prácticas de autoescuelas o en la zona de norte del estadio”, y también con “delimitaciones físicas de los recorridos compartidos”.
Una calle clave cortada por la mitad
Además de las lanzaderas, Tussam va a reforzar las líneas 2, C1 y C2 para que la llegada y la salida del estadio sean lo más fluidas posibles. Pero he aquí que una de las calles por las que van a transitar casi todos los autobuses presenta un problema importante. La vía en cuestión es Juan Bautista Muñoz, que va desde la Escuela de Ingeniería al Teatro Central. Y el problema es que la mitad de la calzada está ocupada por la obra de una residencia universitaria que se está construyendo en el lado norte. Para más inri, esa calle es la salida natural hacia la Barqueta de muchos aficionados que irán a pie al estadio. Esta noche se verá si el problema no es tal o si el embotellamiento es de Champions.
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