Cómo sobrevivir a lo más doloroso

La Asociación de Duelo Alma y Vida fue creada en 2004 por dos matrimonios que coincidieron en el Hospital Virgen del Rocío y perdieron a sus hijos menores por causas oncológico-hematológicas. En la convivencia que compartieron de sufrimiento y dolor, tuvieron la idea de montar una asociación que pudiese ayudar a padres que tuviesen esta necesidad de sobrellevar el dolor de la pérdida de una forma inesperada y incomprensible. En un primer momento contactaron con Valentín Gonzalez, sociólogo y terapeuta familiar, quien aceptó comprometerse y sigue hasta el día de hoy en esa labor. La asociación no tiene ánimo de lucro, los profesionales son voluntarios y está abierta de forma gratuita a todos los padres que quieran acudir a ella.

Actualmente en Sevilla cuentan con tres terapeutas: Amalia del Pozo, Sira Pedroche y Valentín Gonzalez. Hay un grupo inicial, uno intermediario , uno avanzado y luego a quienes deseen seguir, un grupo de autoayuda que ya no necesita de facilitador. El proceso de terapia dura 14 meses y las reuniones se hacen quincenalmente. Una de las funciones del terapeuta es coordinar la reunión de modo que se convierta en algo positivo, por eso hay establecidas normas de conductas a los participantes como: respetar las opiniones, permitir la expresión de las emociones, no juzgar, no hacer comparaciones, evitar dar consejo si no se ha solicitado, pedir la palabra para hablar.

Manuel Reyes, que es el presidente de la asociación, es además director financiero de la empresa Grúas Lozano. Se incorporó a la asociación a principios de 2005, como un padre en duelo. A finales de ese año, la junta directiva cambió y le eligieron para llevar la dirección.

Según Manuel, el duelo tiene dos fases fundamentales. La primera consiste en tratar el dolor por la muerte del hijo/a: "Después de eso hice las paces conmigo mismo en relación a mi hija, acepté la situación". La segunda fase ya es personal: "Cómo me relaciono con el mundo sin la presencia de ella, la reconstrucción de valores y conceptos de vida. Tienes que volver a aprender a vivir después de la pérdida".

Manuel Reyes también ha publicado un libro donde cuenta su vivencia con su hija, durante la enfermedad y la muerte. Se titula La sonrisa de Marta, porque siempre la veía sonriendo, "era una niña feliz, que se murió siendo feliz a pesar de la enfermedad".

Sira, una de las mediadoras, comenta: "Mi actuación consiste en facilitar la expresión de emociones. Hacerles ver que lo que están expresando es el adecuado. Está permitido llorar y reírse, dentro del grupo se sienten más seguros para hablar, por la empatía y comprensión mutua".

Amalia, otra psicóloga clínica que colabora, añade: "El duelo es un camino de sentimientos nada placenteros, de culpa, dolor, rabia, tristeza, pena, ansiedad. Acompañar este proceso es duro pero al final conlleva a un crecimiento personal, y acompañarlos es un privilegio".

La Asociación Alma y Vida está registrada legalmente en Sevilla, siendo en la actualidad la única asociación de apoyo al duelo registrada en Andalucía. Posee otros grupos en Puertollano, Algeciras y Chiclana y en la asociación participan aproximadamente 80 personas.

No pueden garantizar los resultados, no hay datos, pero en pocos meses los propios padres relatan los beneficios que el grupo de terapia les aporta.

La asistencia al grupo es voluntaria, aunque se intenta obtener un compromiso para darse el grupo por cerrado, ya que el buen manejo de un grupo va de 6 hasta 15 componentes.

Se puede contactar con ellos a través de la web www.almayvida.es y, además, tiene un apartado de historias personales escritas por padres.