Un técnico sanitario que trasladó al polaco dice que sólo pidió "una ducha"
Asegura que no apreció rasgos de extrema delgadez, si bien no le practicó ninguna inspección o diagnóstico, dado que se limitó al traslado al centro sanitario.
Un técnico en emergencias sanitarias que ha declarado como testigo ante la juez que investiga una posible negligencia en la muerte del polaco Piotr Wiktor Piscozub ha asegurado este miércoles que no apreció ningún de rasgo de extrema delgadez y ha añadido que el joven se montó por sus propios medios en la camilla y sólo pidió "una ducha" en el trayecto hasta el hospital.
El testigo ha comparecido en el juzgado de Instrucción número 5 de Sevilla, donde ha señalado que cuando llegó la ambulancia a República Argentina el joven estaba con dos policías locales y su estado era como el de cualquier otro indigente, no apreció rasgos de extrema delgadez.
El técnico precisó que no le realizó ninguna inspección o diagnóstico al polaco, que se limitó a acompañarlo y dejarlo con los celadores en el hospital. Según el testimonio de este testigo, el joven le dijo a los policías locales en un primer momento que no quería ninguna "ambulancia" y en el trayecto hasta el centro hospitalario lo único que manifestó es "shower, shower", en alusión a que quería tomar una ducha.
Según fuentes del caso, el testimonio de este testigo entra en clara "contradicción" con otros que han indicado el precario estado en el que se encontraba el joven, y han destacado que el técnico sanitario no le realizó ningún examen al paciente.
Ante la juez también estaba citado a declarar el conductor de la ambulancia, que no ha comparecido porque al parecer ya no trabaja para la empresa encargada de la misma, por lo que la juez ha encargado que se realicen las gestiones para su localización.
En enero pasado declaró ante la juez el enfermero que recibió al polaco Piotr Wiktor Piscozub en el servicio de Urgencias del hospital Virgen del Rocío y que afirmó que sólo apreció una posible "problemática social", por cuanto coincidió con otros médicos imputados en que el joven sólo quería "dormir y comer" y no vio que tuviera fiebre o tosiera.
En su declaración ante la juez de Instrucción número 5 de Sevilla, el enfermero, que también está imputado junto a tres médicos de urgencias, recibió al polaco en la sala de Triaje o clasificación del servicio de Urgencias, y el paciente llegó sin informe de asistencia ni identificación y a su llegada le dijo que "unos amigos malos lo habían dejado allí" y él sólo quería "dormir y comer".
El enfermero añadió que dispone de un minuto o minuto y medio para hacer la clasificación de los pacientes y en este caso no apreció que tuviera fiebre o tosiera, por lo que finalmente lo clasificó como "problemática social", expresión a la que añadió tres signos de interrogación para dar a entender que se trataba de una posibilidad, puesto que no tenía informes que lo corroborasen.
En diciembre de 2014 declaró también como imputado el Médico Interno Residente (MIR) del servicio de urgencias del Hospital Virgen del Rocío que atendió al joven polaco Piotr Wiktor Piscozub –que falleció el mismo 2 de octubre de 2013 en el albergue municipal cuando esperaba en un sofá junto a la cola de la comida- y quien afirmó que no advirtió "ningún síntoma" para hospitalizarlo después de haberlo auscultado, a pesar de que según los forenses hubiera sido preceptivo que se le hiciera una analítica y una radiografía. En la causa hay imputados otros dos médicos que aseguraran en su comparecencia que no habían intervenido en el tratamiento dispensado.
El tercer médico imputado le dijo a la juez que el paciente, más allá de su propio deterioro físico, no presentaba "ningún síntoma" que hiciera presagiar el fatal desenlace que se produciría tan sólo unas horas después, y añadió que el problema del joven era de comida y alojamiento, por lo que hizo "todo lo posible" por ayudarlo.
El imputado relató que el polaco le dijo que era alcohólico y que no comía, y afirmó que tras recibir el alta le dio las gracias por cómo lo había tratado.
La imputación de los profesionales sanitarios se produce después de que el informe forense encargado por la magistrada atribuyera la muerte de Piotr Piscozub a una posible negligencia, por cuanto dada la "delgadez extrema" y la desnutrición severa que presentaba el joven era "preceptiva" su hospitalización y la realización de pruebas complementarias, tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El informe forense recordaba que el joven pesaba sólo 45 kilos, medía 1,85 metros y tenía 62 centímetros de perímetro abdominal, por lo que presentaba un índice de masa corporal de 12,6 kilos/m2, lo cual es "indicativo de delgadez extrema según la OMS y sugestivo de desnutrición severa".
El paciente ingresó en el hospital sobre las 00:29 del 2 de octubre de 2013, y lo único que pidió es "comer y dormir bajo techo", y tras ser explorado recibió el alta médica a las 02:06, después de que los médicos descartaran la necesidad de hacer pruebas complementarias y siendo derivado a los servicios sociales municipales.
El estudio forense ponía de manifiesto que "a pesar de que la exploración realizada resultase inespecífica, destacándose la ausencia de signos de proceso infeccioso y sintomatología respiratoria, el paciente presentaba un estado de desnutrición, el cual ya fue detectado durante la primera asistencia y recogido en la historia clínica".
La hospitalización, según el informe forense, era preceptiva por dos aspectos, para tratar de manera específica la malnutrición -corregir las carencias, suprimir las anomalías metabólicas e iniciar la alimentación- y para "realizar las pruebas complementarias pertinentes para diagnosticar las posibles situaciones que puedan originar una malnutrición secundaria". Entre esas pruebas debía habérsele realizado una analítica de sangre -que incluya hemograma y bioquímica- y una radiografía de tórax.
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