La titularidad de los Jardines del Guadalquivir retrasa de nuevo la recalificación del Canal de la Expo
Urbanismo
El Ayuntamiento detecta 'in extremis' lagunas en la documentación de los terrenos de la Cartuja, lo que obliga a transformar el convenio que debe respaldar la Junta
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Un camino lleno de aristas. Más de dos años llevan negociando el Ayuntamiento de Sevilla y la Junta de Andalucía un convenio urbanístico de planteamiento y ejecución para el Canal de la Expo en el que se modifique su uso de actividades productivas y servicios avanzados (empresas tecnológicas) a terciario y usos compatibles (comercio, oficinas, hotelero y aparcamiento, entre otros). El cambio permitirá levantar edificios que colmaten la demanda de espacio que hay en la Isla de la Cartuja. Ese acuerdo se ha encontrado con un gran inconveniente a última hora, la titularidad de los Jardines del Guadalquivir, que iban a ser cedidos a la ciudad y cuyo adecentamiento asumiría el Consistorio a cambio de dos céntricos inmuebles.
Hay que remontarse al 25 de abril de 2011. En la contestación a un escrito de la delegación municipal de Medio Ambiente en el que solicitaba la cesión temporal de la gestión de los Jardines del Guadalquivir para el disfrute de los ciudadanos, la Dirección General de Patrimonio expuso que esa zona verde debe ser cedida obligatoriamente al Ayuntamiento de Sevilla, “por lo que esta Consejería de Hacienda y Administración Pública ha manifestado en repetidas ocasiones su disposición a ultimar una cesión anticipada de los mismos, en tanto que se llevan a cabo las actuaciones urbanísticas necesarias que requiere su transmisión para compensar a la comunidad autónoma por los aprovechamientos que correspondan”.
Resolver el galimatías sobre la propiedad de la zona verde llevará, mínimo, dos meses
Desde esa fecha, quedó cedida por un año la gestión de los Jardines del Guadalquivir al Ayuntamiento para su apertura al público conforme a lo solicitado el 24 de marzo de ese mismo año, a la vez que ambas administraciones avanzaban en los detalles de su traspaso. ¿Y qué ha pasado hasta la actualidad? A la hora de rematar el convenio que iba a ser presentado al gobierno andaluz para la recalificación del Canal de la Expo, los técnicos municipales se han encontrado con un galimatías sobre la titularidad de esa zona arbolada de la Cartuja. En el mandato del popular Juan Ignacio Zoido se realizó una operación que, entre otros asuntos, no cristalizó con el preceptivo cambio de dueño en el registro de la propiedad. Una chapuza según el equipo de José Luis Sanz que tampoco ha sido subsanada por los siguientes gobiernos. A fecha de 18 de septiembre, los terrenos siguen apareciendo a nombre de la Junta de Andalucía. El mantenimiento de esos jardines fue asumido hace más de una década por los trabajadores municipales de Parques y Jardines.
Fuentes de la negociación han apuntado a este periódico que resolver este nuevo inconveniente retrasará, como mínimo, dos meses la aprobación del convenio definitivo por la Junta de Gobierno Local. Luego tocará el visto bueno del gobierno andaluz antes del desbloqueo definitivo de una operación urbanística que no ha dejado a nadie indiferente.
Desde el verano de 2023 se encuentran negociando ambas partes por un caudal abandonado y repleto de hierba silvestre de gran altura. El gobierno andaluz siempre ha sostenido desde hace más de treinta años que este cauce artificial impide el desarrollo lógico de la ciudad. No han sido pocos los intentos para darle uso, saliendo a subasta en varias ocasiones y quedando desierta siempre. ¿Por qué no lo quieren los empresarios pese a su ubicación estratégica y su gran superficie? Por impedimentos urbanísticos que no lo hacen atractivo al inversor.
Antes de su llegada a la Alcaldía, Sanz prometió que el Camino de los Descubrimientos sería la nueva gran avenida de Sevilla y apuntó que, uno de los grandes retos pendientes que tiene la Isla de la Cartuja, es la recuperación del canal que se encuentra entre el Pabellón del Futuro y la avenida de los Descubrimientos. “Esta zona se habilitará para un coliving tecnológico y se convertirá en una nueva gran avenida para la ciudad que albergará zona residencial y empresarial. Es el lugar idóneo para crear una zona residencial temporal para estudiantes y trabajadores tecnológicos que den vida al parque”.
La negociación entre las administraciones arrancó hace más de dos años
Todo quedó listo para sentencia en junio de 2024 como adelantó Diario de Sevilla. El Servicio de Gestión y Convenios Urbanísticos especificó que la operación “tiene por objeto una modificación del uso global en el ARI-DT-07 Cartuja–Canal Expo –titularidad de la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos de la Junta de Andalucía– de actividades productivas y uso pormenorizado de servicios avanzados a uso global servicios terciarios y usos compatibles a través de la formulación del Plan Especial de Reforma Interior previsto para el desarrollo del ARI”.
El convenio va más allá del cambio de usos. Esa misma consejería cedería a la ciudad los Jardines del Guadalquivir, “patrimonializando los excesos de aprovechamiento previsto en el área de reparto al que está adscrito su obtención y puesta en valor, asumiendo su adecentamiento”. Se acordó que la puesta en valor de esos jardines se realice mediante la transmisión al Ayuntamiento de dos inmuebles calificados de equipamiento público (SIPS), uno enclavado en el número 44 de la calle Doña María Coronel y el otro en el 23 de la calle Simón de Pineda.
El importe de los Jardines del Guadalquivir es de 1.188.993 euros, y la valoración de los inmuebles que se transmiten al Ayuntamiento asciende a 883.209 euros, el de Doña María Coronel, y de 303.395 euros la finca en Simón de Pineda. “Estimándose que la diferencia entre el coste de la puesta en valor de los Jardines del Guadalquivir y las dos fincas anteriores que la Junta de Andalucía entregará al Ayuntamiento de Sevilla es de 2.388 euros, y que esta pequeña diferencia (0,2%) se estima asumible como margen de error”.
Días más tarde, la consejería aseguró que no se pretende un canal lleno de hoteles y avanzó que ese uso será limitado a la hora de realizar la enajenación del terreno, que pasará de 22.000 metros cuadrados de techo para servicios avanzados a 18.000 metros cuadrados de uso terciario. De su lado, los empresarios mostraron su hoja de ruta para recuperarlo. Dividir la parcela para hacerla atractiva a los empresarios y que pujen en una subasta. Si no hay ofertas o algunas quedan sin comprador, pues será el momento de cambiar el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Mostraron su rechazo a que desde un primer momento se transforme en uso terciario. Ahora toca empezar casi de cero.
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