Para la vuelta, el tranvía. Así piensa y actúa la gran mayoría de usuarios que se cuentan como viajeros del Metrocentro, un sistema de transporte ideado por el Ayuntamiento de Sevilla para garantizar la penetrabilidad al centro una vez trasladado al Prado el nudo terminal de Tussam en Plaza Nueva y que, paradojas del destino, tan sólo rebasa las cotas de rentabilidad comercial en el viaje de vuelta, esto es, de Plaza Nueva al Prado de San Sebastián, lo que confirma la tendencia del pasaje de utilizarlo más para salir del centro que para acceder a él.

Este es uno de los datos que se extrae del balance de explotación comercial del Metrocentro realizado por Tussam tras su primer año en uso, un ejercicio que plasma la mayor demanda de este servicio en día laborable (hasta 17.000 viajeros por jornada), la reducción a menos de la mitad en domingos y festivos (hasta 7.500 usuarios) y el mantenimiento del uso los sábados por el tirón comercial del centro (alrededor de 12.000 usuarios).

La ocupación de los trenes por sentido es uno de los parámetros que respalda la preferencia del público por usar el tranvía más a la vuelta, quizá por la premura para llegar a sus domicilios o por el peso de las compras, que para acceder al centro. Los convoyes que circulan de Plaza Nueva al Prado van llenos por encima de la mitad de su capacidad de 9:00 a 15:30 horas, con puntas que incluso alcanzan el 80% de ocupación en determinadas horas, como a las 13:30 horas, el más alto de todo el servicio en jornada laborable.

Una segunda punta de ocupación en dirección al Prado sucede en torno a las siete y media de la tarde, cuando los trenes van ocupados al 70%. En cualquier caso, los tranvías que realizan el trayecto de salida del centro siempre van más llenos que los de acceso a Plaza Nueva en todo el tramo horario de 10 de la mañana a 12 de la noche, y sólo hay equivalencia del pasaje de 5 a 7 de la tarde. A partir de las 12 de la noche y hasta las 2 de la madrugada, la presencia de usuarios es prácticamente testimonial, con valores inferiores al 3%.

El sentido contrario de acceso al centro no llega nunca a superar la barrera del 50% de ocupación. O lo que es lo mismo: van tantos asientos vacíos como llenos. No obstante, presenta un comportamiento de ocupación más uniforme, entre el 45 y el 50%, de 8 a 12 de la mañana, decae hasta un 30% en el todo el hueco del mediodía y vuelve a recuperar los niveles anteriores en el horario comercial vespertino, de 17:00 a 20:00. A partir de ahí, descenso progresivo hasta la medianoche.

En términos de cómputo de pasajeros, la evolución analizada durante el mes de octubre recoge que todos los trenes que circulan en ambos sentidos de 9:00 a 15:30 horas transportan a más de 400 pasajeros. Sólo se alcanzan los 650 pasajeros a las 12 de la mañana en dirección a Plaza Nueva y a las 13:30 en dirección al Prado, los tramos horarios con más usuarios entre semana.

Fuera del horario matutino tanto comercial como de oficinas, el uso del tranvía es mucho más moderado, con pasajes inferiores a los 200 usuarios.

El nivel de demanda ciudadana que acumula el tranvía -que convierte a la línea Metrocentro en la séptima por usuarios después de los circulares y las que conectan los barrios periféricos con el centro- no tiene nada que ver si se compara con la percepción que sus usuarios tienen del servicio. Del insuficiente al sobresaliente, los viajeros otorgan un 8,8 al servicio que presta el Metrocentro, y todos los aspectos evaluados en las encuestas, que van desde la limpieza y seguridad hasta la accesibilidad y el confort, pasan el notable alto. De todos ellos, tan sólo la limpieza de los andenes del Metrocentro es el que arroja el valor más bajo, pero nunca por debajo del 7.