La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El 'inquifatuo' de la Moncloa
El asesino de Manuel Flores le asestó más de 50 puñaladas antes de huir llevándose consigo el arma homicida. Además, le había enrollado al cuello un alambre o cable metálico. Así lo confirmaron ayer a este periódico fuentes judiciales, que indicaron que aparentemente no faltaba nada de la vivienda de este comerciante ni tampoco estaba forzada la caja de la hamburguesería que regentaba, La Trastienda, situada en un local colindante a su domicilio, en el número 18 de la calle Joaquín Costa, en la Alameda de Hércules.
El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional continúa investigando los hechos para tratar de esclarecer este crimen y detener a su autor cuanto antes. A la hora de cierre de esta edición todavía no había sido arrestada ninguna persona en relación con este suceso. La Policía también está investigando si alguna persona entró de forma clandestina en las últimas 24 horas en la vivienda de la víctima.
El precinto que la Policía Científica había colocado el miércoles por la mañana en la puerta de la hamburguesería había sido retirado ayer por alguien que también podría haber forzado el cerrojo y accedido al interior del negocio. El local está conectado con la vivienda de la víctima, por lo que el intruso podría haber accedido también a la casa de Manuel Flores. Los agentes tendrán que investigar si falta algo de la vivienda, quién pudo entrar en ella y con qué fines. La Policía descubrió que el precinto estaba roto ayer por la tarde e inmediatamente colocó de nuevo otro y un candado para evitar una nueva irrupción en el escenario del crimen.
Quien entró en la vivienda lo hizo ayer, una vez que había trascendido la noticia a la opinión pública, ya que la Policía había mantenido el caso oculto desde que unos amigos de la víctima descubrieron el cadáver, sobre la una de la madrugada del domingo al lunes. El cuerpo de Manuel Flores estaba tendido en su cama cosido a puñaladas y con un alambre enrollado en su cuello. Tanto ensañamiento ha llevado a la Policía a pensar en que el crimen puede responder a un móvil pasional o de odio.
De hecho, los agentes del Grupo de Homicidios están investigando al círculo más próximo a la víctima para tratar de encontrar alguna pista que ayude a esclarecer los hechos. Manuel Flores pasó las horas previas a su muerte en compañía de una persona a la que presentó como su novio, que había venido de Isla Cristina para pasar con él el fin de semana.
Además, un amigo de la víctima no ha estado localizable en los últimos días pese a que la Policía ha tratado de contactar con él. Hasta ayer, los agentes de Homicidios habían tomado declaración a nueve personas como testigos. Entre ellos se encuentran los amigos que descubrieron el cadáver y empleados de un bar situado frente a la hamburguesería que estaban trabajando la noche en que fue hallado el cuerpo.
El presidente de la federación de gays y lesbianas Colega, Rafael Moral, insistió ayer en la necesidad de que se esclarezcan los hechos cuanto antes y expresó la inquietud que existe en el colectivo homosexual de la ciudad por si la condición sexual de la víctima estuviera relacionada con el móvil del crimen.
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