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Salud

Un 'chip' para vigilar la hipertensión pulmonar a distancia en los niños

  • El Hospital Virgen del Rocío se convierte en el segundo centro de Europa que logra implantar con éxito un dispositivo Cardiomens de uso compasivo en un paciente pediátrico

Parte del equipo de la Unidad de Cardiología Pediátrica del Hospital Virgen del Rocío durante una prueba diagnóstica en el quirófano del Hospital Infantil.

Parte del equipo de la Unidad de Cardiología Pediátrica del Hospital Virgen del Rocío durante una prueba diagnóstica en el quirófano del Hospital Infantil. / José Ángel García

Un equipo de cardiólogos y hemodinamistas pediátricos del Hospital Virgen del Rocío han logrado implantar con éxito el primer dispositivo Cardiomens en un paciente pediátrico de la sanidad pública andaluza, y el segundo de toda Europa. Una especie de chip implantable capaz de ir midiendo cómo aumenta la presión pulmonar antes de que el paciente experimente ningún signo externo y que podría a convertirse en el nuevo asistente a distancia de los cardiólogos infantiles.

El dispositivo, del que desde hace algunos años se tienen muy buenos registros por su aplicación en adultos, ha sido implantado por primera vez en el hospital infantil sevillano en un joven de 17 años con hipertensión pulmonar como uso compasivo, dado que se trata de un proceso que se encuentra en investigación clínica y que aún no cuenta con la aprobación del Ministerio de Sanidad para su uso en edad pediátrica.

Entre sus beneficios, destaca que evita la realización de sucesivos cateterismos de control a los pacientes, que es el procedimiento estándar que utilizan los profesionales para vigilar la hipertensión pulmonar, así como los respectivos riesgos que esta técnica cardíaca puede suponer en los menores, para cuya realización es necesario someterlos a una anestesia general, ya que permite hacer mediciones a distancia y en cualquier momento de la presión pulmonar, sin necesidad si quiera de asistir al centro hospitalario, a través de un sistema de control remoto. Esto, no sólo supone un exhaustivo control de la enfermedad, si no que, según los expertos, ayuda disminuir notablemente los ingresos hospitalarios, dado que es una forma de "ir por delante del avance de la enfermedad".

"El cateterismo de control no deja de ser una técnica muy invasiva, no exenta de riesgos, por lo que, aunque las guías clínicas recomiendan su realización en pacientes con hipertensión pulmonar cada seis meses al principio y ante cualquier signo de avance en el curso de la enfermedad, en los niños acaba espaciándose mucho más en el tiempo, con lo cual la información sobre la evolución de su enfermedad se reduce", explica la cardióloga pediátrica Inmaculada Guillén, responsable de este hito junto al doctor Félix Coserria y su equipo de trabajo.

El dispositivo permite la medición continua de la presión pulmonar evitando cateterismos

La hipertensión pulmonar es una enfermedad prácticamente rara, con poca incidencia, y que, en en algunos casos, puede ser de transmisión genética. Afecta a los vasos sanguíneos pulmonares y al lado derecho del corazón y se suele manifestar en forma de cansancio y falta de aire que se agrava con el esfuerzo, síncopes o pérdida de conocimiento y dolor torácico, lo cual la convierte en una enfermedad muy incapacitante y que, dado a sus escasas evidencias al exterior, puede suponer un elevado riesgo para la vida de aquellos que la padecen si no es abordada con un adecuado tratamiento. Para su diagnóstico, el paciente tiene que ser sometido a un cateterismo. "Tienes que entrar dentro de la arteria pulmonar para medir la presión", especifica la doctora Guillén.

Para tratar esta enfermedad, los pacientes suelen empezar con fármacos orales, que suelen ser vasodilatadores pulmonares, de los que hay varias líneas farmacológicas que mejoran el pronóstico de la enfermedad. Sin embargo, ante el avance de la enfermedad, los pacientes requieren cada vez de más medicación y hay que recurrir a otros fármacos de administración con una bomba subcutánea o intravenosa, lo que disminuye la calidad de vida del paciente.

Félix Coserria e Inmaculada Guillén junto a otro compañero que ha formado parte de este avance médico. Félix Coserria e Inmaculada Guillén junto a otro compañero que ha formado parte de este avance médico.

Félix Coserria e Inmaculada Guillén junto a otro compañero que ha formado parte de este avance médico. / José Ángel García

No obstante, apuntan los profesionales, los avances en los tratamientos en los últimos años, a través de varios ensayos clínicos en marcha con fármacos nuevos, han permitido a los pacientes "una calidad de vida aceptable", dando paso, en palabras de la doctora Guillén, a una "cronificación de la enfermedad". "Eso ya es un avance muy importante", apostilla. Sin embargo, poder controlarla de manera continuada va a suponer "un antes y un después en la forma de abordar la hipertensión pulmonar", coinciden los cardiólogos pediátricos. 

La unidad de Cardiología Pediátrica ha iniciado los trámites para desarrollar el primer ensayo clínico

"Nos puede dar muchísima información del día a día del niño a la que con las guías clínicas aprobadas hasta ahora no llegamos ya que los cateterismos de control sólo nos permiten medir la presión arterial en ese momento exacto en el que lo hacemos, pero no de manera continuada en el devenir diario del paciente", añade el doctor Coserria.

Paso a paso

Detalle del implante Cardiomens y su colocación en la arteria pulmonar. Detalle del implante Cardiomens y su colocación en la arteria pulmonar.

Detalle del implante Cardiomens y su colocación en la arteria pulmonar. / Fuente: Hospital Virgen del Rocío. Gráfico: Dpto. de Infografía

Su implantación es relativamente sencilla. El sistema Cardiomens se compone de un sensor que se coloca en la arteria pulmonar mediante un cateterismo cardíaco derecho que se realiza en quirófano siendo un procedimiento sencillo y breve que, en el caso de los niños, se lleva a cabo con anestesia general. A los pacientes se les entrega un dispositivo que es un receptor electrónico con forma de almohada para realizar mediciones en su domicilio y éstas son trasmitidas de forma inalámbrica y se almacenan en un sitio web seguro para el acceso y revisión por parte de los médicos. Para ello, el niño sólo tiene que tumbarse en su cama, por ejemplo, y apoyar la espalda sobre el receptor y, de forma rápida, éste se encarga de enviar las mediciones a la web a la que el profesional tiene acceso. De esta forma el paciente puede ser seguido por sus médicos de forma remota, en cualquier momento y sin necesidad de acudir de forma presencial al hospital. También se dispone de un receptor electrónico para las consultas que permite calibrar el sensor el día del implante y realizar mediciones si el paciente tiene que acudir a consulta sin necesidad de traer sus dispositivos desde casa.

Se coloca en la arteria pulmonar y envía los datos al cardiólogo a distancia

"Nos permite ver qué presión arterial hay en cada momento, con lo cual, si el niño muestra signos de estar mal le podemos medir la presión y comprobar si lo que le pasa está relacionado con un empeoramiento de su enfermedad", destaca la doctora Guillén. Otra ventaja es el control de los efectos de los tratamientos. "Nos permite ver si está funcionando casi sobre la marcha y eso, sin este dispositivo, resulta complicado conocer tan rápido, es decir, podemos poner un tratamiento y hacer seguimientos para ver si la presión baja y saber si estamos en la terapia adecuada sin necesidad de realizar un cateterismo", apostilla.

Detalle de la implantación. Detalle de la implantación.

Detalle de la implantación. / Fuente: Hospital Virgen del Rocío. Gráfico: Dpto. de Infografía

Los profesionales destacan que, al poder monitorizar a los pacientes en casa, permitiendo un diagnóstico muy precoz de posibles descompensaciones, se está evitando, además del desplazamiento del paciente al hospital, el consumo de recursos en Urgencias y hospitalización. Por lo que todo son ventajas.

Por el momento, la implantación del Cardiomens, llamado así por la empresa que lo fabrica en Atlanta, no está aprobada con autorización CE en pacientes pediátricos con hipertensión pulmonar, es decir, no se comercializa aún en Europa. No obstante, el Virgen del Rocío ha logrado un nuevo hito en la sanidad pública andaluza, adelantándose al inicio de un ensayo clínico para el que ya se están dando los primeros pasos, pasado, incluso, los comités éticos de los principales hospitales de España que formarían parte del mismo y que han verificado su seguridad, y ha logrado colocar este dispositivo a un menor para su uso compasivo, es decir, a modo experimental o de investigación clínica, bajo el aval de su buen pronóstico y seguridad demostrada en adultos y dada la complejidad y gravedad de la enfermedad del paciente seleccionado. Se trata del segundo caso para uso compasivo autorizado en menores en Europa, tras los inicios en el Hospital de La Paz de Madrid hace unos meses y que han servido de avanzadilla a los cardiólogos sevillanos.

El perfil

La doctora Inmaculada Guillén explica que, no todos sus pacientes con hipertensión pulmonar son candidatos al uso de este dispositivo. El equipo de Hemodinámica de la unidad de Cardiología Pediátrica del Virgen del Rocío es referente para Sevilla, Huelva y Cádiz. En la actualidad cuenta con unos 25 pacientes con hipertensión pulmonar De ellos, explica la cardióloga, "la mitad podrían ser candidatos al uso de este dispositivo". En el único caso en el que se ha implantado, la decisión se adoptó en un momento de extrema gravedad por un empeoramiento progresivo de los síntomas del paciente, que, además cuenta antecedentes familiares con resultado de muerte.

La información es recibida por los médicos a través de un sistema informático. La información es recibida por los médicos a través de un sistema informático.

La información es recibida por los médicos a través de un sistema informático. / Fuente: Hospital Virgen del Rocío. Gráfico: Dpto. de Infografía

El paciente elegido, y que forma parte de este hito de la medicina en el centro sevillano, es un joven de 17 años, cuya familia prefiere quedar en el anonimato, en el que la hipertensión pulmonar tiene origen genético, dado que la pareja ya perdió por esta razón hace años a otro hijo. Por ese antecedente, el paciente estaba en seguimiento preventivo desde los tres años y fue a los diez cuando el doctor José Luis Gavilán, ya jubilado, detectó una leve aparición de la enfermedad.

No obstante, ha sido recientemente, ya con la doctora Inmaculada Guillén como referente en hipertensión pulmonar en el centro, cuando, dos mareos con pérdidas de conocimiento, de manera casi consecutiva, los pasados meses de diciembre y enero, lo situaron como el candidato idóneo para la colocación del primer Cardiomens pediátrico en la unidad. "Fueron desmayos momentáneos, uno saliendo del colegio y otro durante una visita cultural, en la que no se puede decir que estuviera haciendo ningún esfuerzo físico de elevado nivel, por lo que todo hizo indicar que la enfermedad está entrando en una fase más avanzada", explican los padres del paciente.

La colocación de este dispositivo ha supuesto un plus de tranquilidad a esta familia, que se deshace en elogios y agradecimientos a la doctora Guillén y su equipo. "Tenemos la seguridad de que nuestro hijo está monitorizado en todo momento. Le hacen mediciones tres veces al día, cada ocho horas aproximadamente, y eso hace que podamos conocer la salud de nuestro hijo durante todo el día, además de las pruebas, ingresos y cateterismos que le está ahorrando", destacan. "No tenemos palabras de agradecimiento por formar parte de este avance de la medicina y de la sanidad pública", concluyen.

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