Las visiones de la Torre Cajasol
Los partidarios y los detractores del rascacielos se encuentran en la plaza del Triunfo para tratar de influir en los expertos de la Unesco reunidos en la ciudad
Los que critican la Torre Cajasol y los que aplauden este proyecto arquitectónico se encontraron ayer frente a frente ante uno de los accesos a los Relaes Alcázares, en la plaza del Triunfo, rodeados de una fuerte presencia policial y con un propósito común pero, a la vez, irreconciliable: convencer al contrario. Los que apoyan el proyecto hablan de las aportaciones que supondrá para la ciudad la construcción de edificio singular y moderno e insisten en la creación de empleo que permitirá la torre, así como en la atracción turística. Los argumentos de los que rechazan el rascacielos se basan en el paisaje tradicional de la ciudad y en el impacto visual que provocará una torre más elevada que la Giralda.
Los dos colectivos aprovecharon la cita internacional que celebra el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco en la ciudad para tratar de expresar sus opiniones e influenciar a los expertos que ayer visitaron el Alcázar. La espera ante este edificio emblemático resultó infructuosa ya que los participantes del Comité de Patrimonio Mundial accedieron por la Puerta del León, en torno a las ocho y cuarto de la tarde.
Apenas medio centenar de personas mostraron sus pancartas con las visiones contrapuestas sobre lo que supondrá la torre para la ciudad, en un ambiente cordial, pese a las enormes diferencias manifestadas por los detractores y los partidarios del proyecto. Desde la plataforma ¡Túmbala! Torre Cajasol Contra la Torre Cajasol, integrada por 13 asociaciones, se incidió ayer en la crisis mundial y en las instalaciones “que realmente necesita la ciudad: centros de salud, colegios...” para destacar la “falta de interés de una torre de oficinas”.
La portavoz de esta plataforma, Ana Ávila, criticó el proyecto al entender que “romperá el paisaje tradicional de Sevilla y su riqueza patrimonial”. Ávila también insistió en la seguridad aérea y en las futuras dificultades para la circulación de vehículos en el entorno del rascacielos. Con una altura de 178 metros y ubicado en el extremo sur de la Isla de la Cartuja, lo cierto es que el rascacielos ideado por el arquitecto argentino César Pelli no deja indiferente a nadie.
Frente a los colectivos contrarios a la obra se situaron los miembros de la Asociación Sevilla Se Mueve, que aplaude la construcción de la Torre Cajasol, con sus las pancartas en pro de este edificio singular. José María Bascarán presidente de este colectivo, insistió ayer en que “la mayoría de los ciudadanos está a favor del rascacielos” e incidió en que “la torre se elevará a suficiente distancia de la Giralda para no romper el paisaje de ésta, la principal torre de la ciudad”. Bascarán también recordó “el gran atractivo turístico del rascacielos” e insistió en “la necesidad de apoyar un proyecto de tanta envergadura, que creará empleo en los momentos económicos tan complicados que atravesamos”. Las obras de construcción de la Torre Cajasol durarán aproximadamente unos tres años y medio, con una inversión de 311 millones de euros. Los dos llamados edificios podio tendrán 11.000 metros cuadrados para usos comerciales y oficinas.
En primera cita de la reunión del Comité Anual del Patrimonio Mundial, que comenzó el pasado lunes en Fibes, trascendió que un grupo de expertos de la Unesco se desplazará el próximo otoño a Sevilla para estudiar sobre el terreno el impacto de la Torre Cajasol puede tener sobre el paisaje tradicional de la ciudad y el conjunto histórico formado por el Archivo de Indias, el Real Alcázar y Catedral, declarad
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