El partido del Sevilla | Análisis

Compensar espacios y asimetrías

  • El toque maestro del plan de partido llegó con el paso adelante de Koundé, ya sin Gudelj, y las superioridades que generaba Suso por dentro

  • El Papu promete darle profundidad al juego

Informe táctico

Informe táctico / Departamento Infografía

Cada duelo tiene un plan de partido, una estrategia operativa que cada cuerpo técnico madura a principios de semana (al del Sevilla en este caso no le da tiempo y casi engarza uno con el otro) y con el que sus futbolistas tratarán de superar al rival según cada cual sus características.

Lopetegui y sus colaborares maduraron el partido de Almería lo justo para dar, tras el descanso, el retoque necesario (probablemente previsto en el plan de partido) para lograr esas superioridades numéricas que antes no aparecían o que, digamos, estaban haciéndose presentes en otras zonas del campo, en las que, por otra parte, también son necesarias.

El paso adelante que el Sevilla dio en el descanso con la salida del campo de Gudelj se compensó con esos metros que ganó también Koundé por dentro y que permitió, al apretar el Almería con un punta solo, tener un futbolista más en la zona de riesgo para un rival que no pudo hacer mucho más de lo que estaba haciendo hasta entonces.

Defensa

La apuesta de Lopetegui fue compensar ese déficit de físico que se podía atisbar que tendría el Papu Gómez con un pivote más, haciendo coincidir a Gudelj con Fernando en la zona ancha. Pero aun así, la posición de Fran Villalba a la espalda del serbio generaba incomodidad y ya con Ramazani perfilado hacia dentro se convertían en dos jugadores en paralelo pululando en zona de nadie, en esos espacios indefendibles que todo sistema concede si hay dos segundos de más en los repliegues.

El de Asteasu lo solucionó con ese movimiento de piezas que le daba, además, más libertad a Koundé en ataque, algo que ha hecho el Sevilla en más ocasiones en las segundas partes y que a veces al aficionado no iniciado le despierta no se qué arrebato de incompresión por “haber dejado pasar” un tiempo. Con Suso, metiéndose por dentro y hacia atrás también compensaba el Sevilla ese desequilibrio o, quizá, esa asimetría que también marcaba la diferencia de altura de los dos laterales, Aleix Vidal, claramente más ofensivo, y Rekik.

Ataque

Lopetegui amagó en los primeros minutos con el Papu de falso extremo izquierdo para que pronto adoptara su verdadera posición, esa especie de enganche en la derecha pero por dentro dejando el carril a Aleix Vidal y dando profundidad al juego con sus pases. Un envío suyo así se convirtió en la primera ocasión, que no resolvieron entre Ocampos y De Jong.

El argentino, además, cada vez se ubica más veces como un delantero, un segundo nueve en fase ofensiva para que la amplitud la den los laterales y los interiores.

Las superioridades numéricas que aparecieron en la segunda mitad fueron claves para decidir, aunque el gol y la mejor ocasión (la madera de Koundé) llegaran en estrategia. Lo del galo al ataque ya no es nuevo, mientras que Suso empezó a hacer la misma función que el Papu para marcar las diferencias entre líneas.

Virtudes

No dejarse llevar por la ansiedad, muy típico en esta competición.

Talón de Aquiles

Esa espalda de Gudelj...

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