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Carlos Navarro Antolín recibe la Mención Especial en los Premios Blázquez del Sevilla

Carlos Navarro Antolín recibe de José Castro el relieve de José Antonio Blázquez como mención especial.

Carlos Navarro Antolín recibe de José Castro el relieve de José Antonio Blázquez como mención especial. / Antonio Pizarro

Carlos Navarro Antolín, subdirector del Diario de Sevilla, ha recibido este mediodía la Mención Especial de los XII Premios José Antonio Blázquez que otorga el Sevilla a la prensa, por su artículo El buen morir de una gran sevillista, publicado en este diario el 18 de mayo pasado. 

El periodista del Grupo Joly ha agradecido el premio en la entrega de estos galardones anuales del Sevilla, celebrado en Robles Aljarafe. Y ha referido cómo fue el germen de aquella historia, destacando la importancia de la ternura que llevó José Castro a doña Rafaela, una sevillista que pidió hablar con el presidente del club de sus amores antes de morir.

"Es un día muy alegre, estamos muy bien rodeados, hay buenísimos compañeros. Para mí es un día feliz como periodista. No tuve la suerte de conocer al maestro Blázquez. Pero he oído hablar muchísimo de él e incluso he disfrutado de sus dibujos taurinos, en algún que otro bar donde desayuno y me contaron que eran suyos. Maestro Peris sí lo conoció, me ha hablado mucho de él, el maestro Araújo... Y como sevillista, qué les voy a contar. Yo fui socio del Sevilla cuando lo entrenaba un escocés, Jock Wallace", comenzó a modo de presentación Carlos Navarro.

El subdirector del Diario de Sevilla contó cómo se originó la historia del artículo. "Un día, en un almuerzo, oí un hermosísimo relato, conmovedor, de nuestro presidente, que había ido a visitar a una señora, a llevarle una camiseta y le llevó algo tan importante y tan poco valorado quizás hoy, que es la ternura, un valor psiquiátricamente estudiado, muy importante. Tenemos que ser más tiernos en una sociedad crispada. Y yo me quedé con aquel relato y les dije a mis amigos Marchena y Cantalejo que me gestionaran que el presidente me diera permiso para contarlo. Me llegó el permiso, lo conté y creo que acertamos, porque la familia me escribió que si el presidente dio esa ternura tan necesaria y a las pocas horas murió doña Rafaela, pues el artículo les ayudó también en parte a reconfortar la pérdida de una madre. Así que simplemente fue la labor de oficio de contar lo mejor posible un relato que era muy hermoso. Muchas gracias a todos".

José Castro, en su discurso oficial con el que cerró el acto, también concluyó hablando de aquel artículo y lo que significó. Antes, había dicho: "Muy merecida también la mención especial para Carlos Navarro Antolín, subdirector del Diario de Sevilla, por ese artículo conmovedor del buen morir de una gran sevillista, que transmitía su sentimiento y al final explicaré una cosita".

Para cerrar su discurso, cumplió lo prometido el presidente del Sevilla: "Hoy tenemos que recordar a muchos de los que hemos perdido, y me tengo que acordar inevitablemente del artículo de Navarro Antolín. Yo no hice nada por ese artículo, creo que te has equivocado, creo que fue la familia la que te lo mandó. Estábamos la pandemia y el irresponsable fui yo. Pero es muy difícil soportar cuando una persona te dice: 'Mi madre se está muriendo y quiere que el presidente del Sevilla la vea, le diga algo o le lleve algo, algo'. En un arrebato de locura e irresponsabilidad, me fui al hospital, dije que se salieran todos porque no podía estar con más gente. Y cuando esa señora me vio, más muerta que viva, se levantó con una fuerza endiablada me dijo: 'Sevilla Fútbol Club y Nervión'. Ahí se acabó todo, a las dos horas, falleció. En una mundo como el que estamos, de sociedades, de intereses, de economía, hay algo que no podremos evitar nunca, y eso se llama sentimiento. En este caso, sentimiento sevillista".

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