Desde mi córner
  • Complicador Sampaoli es relevado por un Mendilíbar que siempre persigue la simplicidad

Catarsis a lo grande en el Sevilla

TIEMPO de cambio en el Sevilla y tercer entrenador en este curso tan desacertado en todos los estamentos del club. Se va Sampaoli por méritos propios contraídos a través de ciertas obcecaciones que combinadas con su histrionismo natural han dado una solución nefasta. Se va el argentino y llega un entrenador que bien puede considerarse en las antípodas de cuanto predica el defenestrado, señal inequívoca de una funesta planificación.

Debuta José Luis Mendilibar por estos andurriales y esperemos que se adapte él y no sea el Sevilla quien tenga que hacer lo propio... y lo ajeno. De Sampaoli hay poco que decir si no fuera la extrañeza que ya nos causó su llegada. Tras lo que perpetró en la segunda vuelta de la 2016-17, dejando colgado al Sevilla para dirigir la albiceleste en Rusia 18, no se acabó de entender que el club de Nervión volviera a confiar su vida y casi su hacienda a un personaje tan imprevisible.

Lo que entonces hubo de pagar para irse se lo cobra ahora de forma que lo más seguro es que se haya cerrado para siempre las puertas del club sevillista. Y llega José Luis Mendilibar, el hombre que diseñó un Eibar pujante hasta que dejó de serlo para que cayese en el infierno de la Segunda. Pero eso no debería tener importancia si no fuese por lo distinto que es del argentino. A un complicador nato le sucede un hombre que persigue la línea recta y ninguna frivolidad.

Se encuentra Mendilibar con tres futbolistas de su confianza y por ahí tenemos bastante camino andado. Dmitrovic, Bryan y Jordán fueron de su guardia de corps en Ipurua, lo que debe atenuar su aterrizaje en Sevilla. Lo mejor de este relevo es que se produce en pleno parón, lo que debe proporcionarle una cantidad de horas de trabajo que le permitan enterarse de por dónde va el agua, que no es lo mismo el Deva que el Guadalquivir, Betis para los romanos.

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