Celta-Sevilla | La previa

Célticos y sevillistas libran un duelo de urgencias

Adrià Pedrosa y Federico Gattoni, que viajaron a Vigo ayer.

Adrià Pedrosa y Federico Gattoni, que viajaron a Vigo ayer. / Juan Carlos Muñoz

Desde el 26 de septiembre, hace más de un mes ya, el Sevilla no se lleva una victoria a la boca en la Liga. Demasiado tiempo, muchísimo para un equipo tan caro, de los que más del campeonato. Si no pena el equipo de Nervión en la misma zona donde malvive su rival de hoy, el Celta de Vigo, es porque ha venido arañando tres empates a cara de perro, dos de ellos tras igualar dos goles en contra, ante Rayo Vallecano y Cádiz, e incrustado entre ambos, esa igualada a uno ante el Real Madrid que levantó una ilusión, la provocada por la llegada de Diego Alonso, desvanecida sólo una semana después en el Nuevo Mirandilla.

Un puntito en cada una de sus tres últimas comparecencias ligueras. Un puntito de media por partido después de diez jornadas, lo que proyecta una magra cosecha de 38 al final del campeonato que si no equivale a la pérdida de la categoría, ahí ahí va a estar.

La marcha del Sevilla es lamentable, un remedo sin gracia alguna de lo que ya venía perpetrando hace un año, justo antes de ese paréntesis por el Mundial de Qatar que, a la larga, le vino al Sevilla de perlas para tomar aire y poner algo de distancia con la zona candente.

El desempeño de los sevillistas en la ventosa noche gaditana dejó sin habla a los que tanto se apresuraron a saludar la llegada de un mesías por el enérgico estreno de Diego Alonso ante el Real Madrid. El globo se empezó a desinflar ante el Arsenal, lo que era una engañosa vara de medir por el nivelazo de los ingleses, bastante por encima de la media de la Liga, pero la gallina empezó a cantar en Cádiz.

En la Tacita de Plata, donde José Luis Mendilibar empezó a cambiar el destino del Sevilla 2022-23, el equipo de blanco rescató a todos sus fantasmas, como si de un anticipo de Halloween se tratara: tibia intensidad, riesgos suicidas en la salida del balón desde atrás, demasiados metros entre las líneas. Vamos, que sólo faltaba un entrenador histriónico, bajito y rapado con un papelito en la mano.

Ni siquiera la igualada a dos, que tuvo su mérito porque no es fácil hacerle un par de tantos en su casa a este Cádiz tan bien armado por Sergio González, opaca la demostración de impotencia final, con esa media hora entre el gol de Rakitic y los tres pitidos del árbitro en la que los sevillistas apenas se volvieron a acercar a Conan Ledesma salvo en aquel flojo tiro de Óliver.

Sonó muy desafinado el Sevilla hace una semana y el posterior partido de Copa ante unos chavales amateurs que se contentaron con intercambiar camisetas no debe valer para restañar herida alguna.

El partido de hoy en Vigo es de material muy, muy sensible. Ya lo era por la irregular trayectoria de uno y otro, pero la incomprensible anulación del gol céltico en el minuto 85 de su encuentro en Gerona, que para más inri acabó perdiendo el equipo de Rafa Benítez con un gol postrero de los catalanes, ha terminado de cargar de toxicidad la atmósfera del envite. No va a tener un partido cómodo el árbitro canario Alejandro Hernández Hernández, cuyo última cita que pitó al Celta en casa fue en ante el Almería (2-2), y al Sevilla fuera en Bilbao (0-1), ambos de la pasada Liga.

La afición olívica se siente agraviada, maltratada incluso, y va a expresar su indignación durante el partido. Esa energía adicional que va a fluir desde la grada puede romper en una sobre excitación de los jugadores de celeste que el Sevilla puede aprovechar y llevar a su terreno, pero si los de Diego Alonso salen con una intensidad similar a la de su puesta en escena en Cádiz, las ganas de ajustar cuentas de los anfitriones se los va a llevar por delante sin remisión.

No estará Sergio Ramos, que está muy baqueteado en encuentros de un pelaje similar al que afrontan sus compañeros, y lo normal es que Badé conforme la pareja de centrales con Gudelj. Por delante Sow, ausente en Cádiz, retorna para sostener la zona ancha con Soumaré más Rakitic, éste algo más descolgado para buscar sociedades con Ocampos, Lukébakio y En-Nesyri.

En el Celta, Rafa Benítez, que en la mañana de ayer perdió al medio norteamericano Luca de la Torre tras lesionarse en el entrenamiento, no ha dejado de tocar las teclas en busca de soluciones, pero su equipo sigue desafinando. Tras lo de Vigo asoman el Arsenal en Londres y el Betis por Nervión, pero es tanto lo que hoy se juega el Sevilla...

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