Hubo una vez en la que, gracias a un tal don Antonio Escribano, el Sevilla fue pionero en una materia incipiente por entonces en el fútbol y que hoy es el pan de cada día, nunca mejor dicho. Era algo que sabían fisiólogos y preparadores físicos desde primero de carrera, pero Antonio lo explicó de una manera que provocó dos cosas: que el gran público lo entendiera y que todos los clubes empezaran a velar por esa parcela contratando a profesionales.
No era muy complicado entender que en el fútbol llegar una centésima de segundo antes que el rival se traducía en más probabilidad de éxito y que esa centésima de segundo se conseguía, aparte de con entrenamiento y un ritmo adecuado de competición, con el adecuado aporte de glucógeno en sangre, a saber, buena alimentación, la gasolina del músculo.
Más de diez años después, el Sevilla no le da ninguna importancia a esa centésima de segundo pese a que el fútbol ha evolucionado en lo físico. Sampaoli alineó temerariamente en el Berbaéu a demasiados futbolistas sin un ritmo adecuado, unos por unas cosas y otros por otras, pero fundamentalmente por no jugar. Krohn-Dehli, que a pesar de ello fue de los mejores, jugó 89 minutos después de un año sin vestirse de corto; Carriço jugó el partido completo y 45 minutos de hombre libre sin aparecer ni un minuto desde su desastrosa actuación en el Sevilla-Leganés (11 de marzo); Kranevitter ya ha demostrado que es un jugador que tampoco ha jugado mucho y que tiene problemas con la velocidad de traslación; y Montoya, en cuatro ratos, aún no se ha podido enterar del ritmo al que se juega aquí en España.
Esa decisión, como pudo ser alinear a Ganso en la Copa, es una temeridad en un escenario como el Bernabéu, donde los cuatro goles llegaron por falta de ritmo de los de rojo. A saber: el primero por un fallo en la frenada de Carriço en la falta, el segundo cuando se la quitaron por detrás a Kranevitter, el tercero, una pérdida parecida de Montoya y el cuarto, al llegar Kranevitter tarde ante Kroos.
Defensa
El Sevilla, sin laterales, empezó con cuatro centrales en defensa, siendo la zona más aseada la izquierda con Lenglet. El sistema defensivo sufrió con la movilidad de Asensio, James y Cristiano ante movimientos lentos de Kranevitter y N'Zonzi y el llegar siempre tarde a las reuniones (balón y rival que recibe). Con 2-0, Sampaoli prescindió de un central dejando una línea de tres con muy poca cintura Mercado-Carriço-Lenglet, particularmente en el flanco derecho.
Ataque
Gracias a la buena lectura de juego que siempre tuvo Krohn-Dehli, que apareció por la lesión de Franco Vázquez, Jovetic encontró sentido a sus habituales movimientos y cambios de espacio. Vitolo y Correa ayudaron y el Sevilla llegó. Luego, cuando Sampaoli dejó defensa de tres y buscó superioridad numérica, la jugada de Zidane sacando a Casemiro cerró la partida.
Virtudes
Krohn-Dehli dio una dimensión nueva al juego ofensivo.
Talón de aquiles
Ataque profesional, defensa amateur. Jugadores sin ritmo ante el rival posiblemente más físico de la Liga. Encima sin cambios.
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