Sevilla-Real Madrid | La crónica

Perder siempre duele, también al Sevilla de Mendilibar, pero Mourinho ni siquiera completó su convocatoria... (1-2)

  • Los sevillistas sufren su segunda derrota con el entrenador vasco frente a un Real Madrid que fue capaz de remontar el gol inicial de Rafa Mir con dos buenas acciones de Rodrygo

  • La nueva expulsión de Acuña por una entrada peligrosa a Dani Ceballos, el aspecto más negativo en un día en el que lo importante era que no hubiera lesiones

  • Así le hemos contado el Sevilla-Real Madrid

Acuña le ha entrado con fuerza a Ceballos y el árbitro lo considera para tarjeta roja.

Acuña le ha entrado con fuerza a Ceballos y el árbitro lo considera para tarjeta roja. / Antonio Pizarro

Segunda derrota del Sevilla con José Luis Mendilibar al mando de las operaciones desde su banquillo. No es la mejor manera para llegar a Budapest para disputar la final de la Liga Europa contra la Roma, pero tal vez sea la menos dolorosa de todas a la vista de la cita de tanta trascendencia que tiene pendiente para el miércoles. Era un partido, éste contra el Real Madrid, que nadie quería disputar y lo mejor de todo es que se saldaba sin ningún lesionado aparente, aunque, por supuesto, con el enfado lógico cuando el acta arbitral registra un resultado desfavorable.

El Sevilla peleó hasta el final, hasta el último centro que no llegó a conectar de cabeza Rafa Mir, pero lo hizo con todos los atenuantes del mundo, siempre consciente de que la temporada se la juega a una carta en Budapest. Es allí, el miércoles 31 de mayo, cuando no se tiene que dejar ni la última gota de sudor para tratar de arreglar un año que había sido el peor de los últimos tiempos y que, afortunadamente para todos los sevillistas, Mendilibar se encargó de darle un giro de 180 grados para que todo fuera diametralmente diferente.

Eso sí, no se puede obviar el final, esa expulsión número 13 del curso debido a que Acuña no supo manejar los nervios en sus piques con Dani Ceballos. El argentino le hizo una entrada dura, llamativa, al madridista y eso le cargó las pistolas a Soto Grado. Nada que no se pudiera esperar, por otra parte, la misma canción de siempre para todos los equipos que tienen que enfrentar al Real Madrid, pero, vaya, tampoco tuvo la más mínima trascendencia en el resultado final. Sí sirvió para retratar de nuevo a Acuña, tan capaz de ser uno de los mejores laterales izquierdo del mundo como de sufrir esos cruces de cables que lo llevan a tomarse la justicia por su mano.

El partido, sin embargo, no pudo comenzar mejor para los intereses de los anfitriones. No iba a tardar mucho el cuadro de Mendilibar en ponerse por delante en el marcador. Prácticamente en la primera jugada ofensiva, Bryan Gil irrumpía por la izquierda y después el balón se le quedaba para un disparo franco. La pelota salía rebotada y Rafa Mir enganchaba un disparo con el interior del pie que colocaba a los suyos arriba en el marcador nada más comenzar.

Era la consecuencia de una buena salida sevillista con un equipo que provocaba la curiosidad antes de arrancar el choque. ¿Por qué? Muy sencillo, se supone que quienes jugaban en esta cita tan mal ubicada en el calendario contra el Real Madrid debían tener menos posibilidades de hacerlo el próximo miércoles con la Roma en esa cita marcada en rojo en todos los calendarios que manejan los seguidores sevillistas.

Algunos titulares y Manu Bueno

Se salva las circunstancias de Bono, si Mendilibar sigue con su costumbre de darle la titularidad al marroquí en todos sus partidos europeos, y de Gudelj y Rakitic, que volvían a jugar como titulares por la sencilla razón de que no hay más elementos para ubicarlos en las posiciones de defensa central y medio centro, respectivamente, y todos los demás seguro que serán diferentes en la final de la Liga Europa. Tal vez Bryan Gil también tenga sus posibilidades en esa cita en Budapest. Los cambios a la hora de juego de él y del centrocampista suizo abren esa puerta.

Además, el entrenador vasco propiciaba el debut del jovencísimo Manu Bueno, un chaval de Jerez que empezaba el curso en el juvenil de División de Honor y lo acababa a un notable nivel en el filial en el tramo en el que salvó la categoría. No iba a desentonar el zurdo de 18 años, como tampoco lo iba a hacer el resto del Sevilla contra un Real Madrid confeccionado por Carlo Ancelotti con la intención de tener mucho tiempo el balón. Ante las ausencias en la delantera, el entrenador italiano optaba por asegurar la posesión con cinco centrocampistas por detrás del siempre eficaz Rodrygo. Lo lograría en muchas fases del juego, pero también provocaba los robos en esa presión que tanto le gusta a Mendilibar cuando se enfrenta a los equipos que gustan de salir desde el fondo con el balón controlado y sobándolo de un lado para otro.

Sobre todo, se produjo esa circunstancia después del empate del Real Madrid en un golpe franco que transformaba Rodrygo con la colaboración especial de un Bono que descuidó su palo para ir demasiado pronto a tapar la posibilidad de un disparo por arriba de la barrera. Pero en ese tramo final sí fue capaz el Sevilla de robar balones peligrosos con su ordenada presión y en uno de ellos, recuperado por Acuña en el centro del campo, el excelente centro del Papu Gómez le llegó a Lamela con todas las facilidades para que se hubiera llegado al intermedio con un dos a uno (41’).  

El argentino, que había tenido otra oportunidad clarísima al estrellar en el poste un zurdazo tras una buena jugada de todos sus compañeros yendo de lado a lado un par de veces (36’), no precisó esta vez su disparo y el poste iba a pagar con posterioridad su enfado. Lo cierto es que todo se quedaba igual que en el arranque a pesar de los goles de Rafa Mir y Rodrygo. El partido, dentro de su intrascendencia, era entretenido y los espectadores podían disfrutar de un fútbol agradable por parte y parte. Pero restaba un periodo entero para ver qué pasaba.

Y lo que sucedió es que el Sevilla fue muy castigado por un error propio, en un mal saque de falta por parte de Joan Jordán, que no llegó a levantar el balón, y por el excelente contragolpe de los madridistas. Rodrygo se encargaba de volver a demostrar su excelsa calidad para anotar el 1-2 en un segundo periodo en las que las llegadas fueron decayendo conforme pasaban los minutos. El Sevilla tuvo dos en un remate fuera de Rafa Mir tras una gran jugada de Acuña (50’) y en otra excelente acción colectiva que acaba con un remate alto de Rakitic (53’).

Ahí ya comenzaron los cambios de Mendilibar para la lógica dosificación de los esfuerzos con vistas a Budapest. Se fueron los posibles titulares y entraron futbolistas que necesitan minutos para recuperar la mejor forma física, incluido Suso en ese paquete, pero, sobre todo, Joan Jordán y Tecatito Corona. El Sevilla lo había intentado a pesar de ser un partido que nadie deseaba jugarlo de verdad, pero al final Rodrygo había impuesto su calidad, la de un futbolista superlativo y que nada tiene que ver con algún que otro compañero. A nadie le gusta perder, por supuesto que no, tampoco al Sevilla de Mendilibar y el acta registró un 1-2, pero la magnitud de lo que se juega el miércoles en Budapest es tan grande que Mourinho ni siquiera completó la convocatoria de la Roma. ¡Se llevó a sólo 17 futbolistas a Florencia! ¿Quieren más pruebas?

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