Fútbol en silencio como tributo a Reyes

El derbi sevillano

Especialista en partidos de rivalidad, el utrerano vistió por última vez la camiseta del Sevilla ante el Betis, como capitán

Su penúltimo gol también fue al eterno rival, el primer tanto del 4-0 de la Copa del Rey de 2016

Reyes salta con Dani Ceballos en su último partido de blanco: el Sevilla-Betis del 24 de abril de 2016.
Reyes salta con Dani Ceballos en su último partido de blanco: el Sevilla-Betis (24-04-2016). / Paco Puentes / Efe

Su vida, densa y fugaz, comprimida en puro genio innato, irreprimible, da para una biografía a medias entre el costumbrismo y la épica. Hasta lírica, atendiendo a ciertos giros rítmicos de su fútbol relampagueante, de rima asonante, sólo visible para los iniciados. Su leyenda ha sido de sobras recordada estos días, en el afán de aliviar el luto del sevillismo, y para dolor de una familia que sigue hundida en su recuerdo. Su sonrisa callejera está prendida ya para siempre en el frontispicio del Ramón Sánchez-Pizjuán, que en el derbi mutará su tradicional bullicio en un silencio de respeto.

El derbi se presenta, de pronto, como la mejor ocasión de rendir un tributo a Reyes, un futbolista único especialista en la máxima rivalidad, como un reflejo inconsciente de lo vivido en su familia desde pequeño. Su padre, en aquellos días felices del crecimiento futbolístico de su hijo, se dejaba ver por la ciudad deportiva del Sevilla con un escudo de oro del Betis en su pecho, henchido de orgullo paterno tras la camisa entreabierta.

Dejó de llevarlo cuando empezó a comprender que su hijo se había convertido en un altísimo símbolo del club enemigo, que tuvo en el ingrávido utrerano su mejor arma contra el eterno rival. Reyes vistió por última vez la camiseta del Sevilla ante el Betis, el 24 de abril de 2016. Algo más allá de las cinco y media de la tarde de aquel domingo primaveral, con el dorsal 10 que se había ganado por talento y enjundia, le cedió el brazalete de capitán a Coke, el hombre que lo relevó para hacer el 2-0 con el que el equipo de Unai Emery hizo un alto en su absentismo liguero, toda la atención puesta en la final de la Europa League y en la de la Copa del Rey, para no fallar a su cita con la rivalidad sevillana, sin margen para la condescendencia.

El capitán Reyes posa junto a Velasco Carballo y Joaquín en su último partido con el Sevilla.
El capitán Reyes posa junto a Velasco Carballo y Joaquín en su último partido con el Sevilla. / Antonio Pizarro

Una inoportuna apendicitis lo apartó del equipo en aquel tramo final de la Liga y también de la final de la UEFA ante el Liverpool. Ya no volvería a vestir la camiseta del equipo de sus amores. Levantó aquella copa como capitán del sevillismo, como ese símbolo universal de su esencia.

Un 1 de junio, el de 2016, se despidió del club prometiendo amor eterno al Sevilla. Un 1 de junio, el de 2019, perdió la vida en la carretera de Utrera, junto al potrero al que lo llevó Pablo Blanco para que destilase su genio futbolístico bajo el pabellón de San Fernando, San Leandro y San Isidoro, el escudo hispalense que luce en el cuartel superior izquierdo del escudo del Sevilla. El mismo que besó por última vez con rabia en un derbi... El penúltimo gol de Reyes como sevillista fue ante el Betis, el 12 de enero de 2016: un cabezazo de instinto animal, cazando al vuelo el despeje desesperado del meta Adán. Así abrió la goleada en la vuelta de los octavos de la Copa del Rey (4-0), en el minuto 4.

Fue un gol que llevaba el marchamo de la prisa, la misma con la que marcó el tanto más tempranero en un derbi, a los 13 segundos de aquella otra goleada (5-1), esta vez en la Liga. Fue el 18 de noviembre de 2012. El 20 de marzo de 2014 le hizo quizá el gol más trascendental al Betis: el 0-1 de la remontada en el euroderbi.

El destino ha querido que el partido que rompa el luto nacional por la pandemia del coronavirus sea un Sevilla-Betis. El primer partido en más de tres meses. Se celebrará diez días después del aniversario de la muerte de Reyes. La plantilla del Sevilla comenzó a preparar, ya todos juntos, la vuelta a la Liga con un acto en memoria de Reyes. El club se volcó en el aniversario de su fallecimiento. Diez días después tiene la oportunidad de brindarle otro homenaje, en el silente Ramón Sánchez-Pizjuán.

El derbi que ya no puede ver Paco Reyes

Reyes jugó 17 derbis con el Sevilla en la élite, con un balance de 5 goles, 8 victorias, 7 empates y 2 derrotas, una de ellas en la ida del euroderbi. Pero su padre, Paco Reyes, ha visto mucho más derbis de su hijo. Desde edad temprana, sufrió con él en los partidos de rivalidad de los escalafones inferiores. En cadetes, en Segunda B, en Tercera División... El primer y único derbi tras su muerte fue en Heliópolis (1-2). "No he visto ningún partido de fútbol ni nada. Sólo el del homenaje del Extremadura. Y el derbi ni siquiera lo pudimos ver. Son de los días que más lo recuerdas y esos son los más malos que puedes pasar. Su Sevilla lo era todo para él", dijo en un reportaje de Movistar, días antes del aniversario de su muerte, en el que el club lo acompañó a rendirle un homenaje en su tumba.

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