Desde mi córner
  • La atrocidad de que el calendario dicte en la noche del Viernes Santo un Sevilla-Celta

Fútbol con el Cachorro en la calle

OCURREN cosas tan incomprensibles que parecen fruto de la mala intención, como si el yerro fuese a conciencia. Una de las cuestiones bajo sospecha entra de lleno en la confección del calendario, mayormente ahora que se hace absolutamente dirigido y ahí volvemos a la capacidad de contaminación que tiene la mano del hombre. Al menos, antes no había más remedio que acatar un derbi, por ejemplo, en Domingo de Ramos.

Pero ahora en que ese calendario asimétrico que han implantado viene manipulado ya de fábrica resulta incomprensible que el Sevilla reciba al Celta cuando la Carretería emboque Temprado y el Cachorro esté a punto de entrar en la Catedral. Un descalzaperros absoluto que ni se sabe a qué atribuirse, una forma de subvertir los modos y las formas de una ciudad que tiene en esos días la cima de su calendario sentimental, resultando inexplicable que no se haya evitado.

Nunca nos han explicado bien por qué se cambió la confección del calendario y cuál es el sentido de que ni siquiera las jornadas se parezcan según de qué vuelta se trata. Aquí hemos vivido derbis en Domingo de Ramos que se derivaban a horario matinal y antaño había partidos de fuste a las cuatro de la tarde de dicho día; ahora bien, fútbol en la noche del Viernes Santo conlleva en la mochila carácter de acto de consumado terrorismo contra nuestras costumbres y modos de vida.

Toda era mínimamente comprensible cuando el calendario se hacía bolita a bolita, sin que la mano del hombre entrase en el bombo por ningún motivo. Ahora no se le encuentra explicación a que en Sevilla haya un partido de fútbol con el Cachorro en la calle. Tiempo hay para deshacer tan descomunal entuerto y confiaríamos en que así sería si no fuese porque estamos en manos de gente que lleva lo de sostenella y no enmendalla hasta sus últimas consecuencias.

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