Si Guarente y Babá mejoran el equipo...

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El Sevilla es reo de un Athletic que lo superó en ritmo, fruto de un plan erróneo y de un Rakitic que es una rémora para Medel

Javier Mérida

09 de abril 2012 - 05:02

Si Guarente y Babá mejoran el equipo, aviado va el Sevilla. Y no porque el italiano y el senegalés no tengan calidad para figurar en esta plantilla, sino porque, a la fecha, la presencia del primero había sido nula y la del africano, testimonial si se exceptúa el partido frente al Atlético. Ayer sólo jugaron debido a las bajas y pusieron en evidencia a más de un compañero, principalmente a Rakitic, quien se señaló con un partido feísimo.

Porque el problema del equipo es más de fondo. A Guarente y Babá les bastaron sus ganas, presionar, ofrecerse... Aspectos tan elementales del fútbol que retratan a la mayoría de los que estaban jugando y, a la par, a un planteamiento erróneo. Y es que Míchel, quien ha decidido optar por llevar el balón con celeridad a terreno ajeno ante la ausencia de centrocampistas para elaborar fútbol, se olvidó ayer de que sin Reyes ni Trochowski el 4-4-2 se le iba a convertir en un peligroso 4-2-4, diríase incluso algo más por la irrelevancia del croata. Porque el Sevilla, cierto es, no se aculó desde la pizarra y trató de juntar líneas y sacar tajada de un partido que parecía de ida y vuelta, sin mediocampo, pero eso le duró veintitantos minutos, lo que la intensidad de Jesús Navas y de un Medel muy solo siempre.

Defensa

El Athletic buscó las cosquillas por los costados. Sin verse atosigado, juntó a Iraola con Susaeta e incluso con un apagado De Marcos, y a Aurtenetxe y Muniain con Ander Herrera. En esos terrenos es rápido y preciso y el Sevilla no supo evitar que los pisara porque nunca apostó de verdad por ir a robar el balón.

Kanoute dio un paso atrás, como queriendo combinar más y hasta romper el fútbol del Athletic, pero el francés o va o vuelve, jamás las dos cosas dentro de ese hoy que se le hace mañana.

Ataque

El Athletic, por mucho Bielsa que lo eduque, y bien que lo hace el argentino, jamás va a perder su idiosincrasia: siempre lucha, salta, va a cada balón con fe y valentía... El Sevilla lo hizo unos minutos y generó un par de ocasiones de Negredo en los albores, pero el ritmo rojiblanco se lo tragó y ya no supo atacar. Sólo con la entrada de Guarente y Babá combinó algo más. Luego Míchel apeló a Fazio, pero era muy tarde y ya Negredo se había ido del partido.

virtudes

La puesta en escena, muy viva.

talón de aquiles

La impotencia para rebelarse ante un marcador adverso.

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