Adiós a 2025: el año 1 después de Jesús Navas
El Sevilla y el sevillismo siguen instalados en el sufrimiento un año después del homenaje al mito palaciego, que vive ya como un hincha más los avatares de un club en almoneda
Un giro estratégico de mercado con Gudelj, de nuevo como central
Tal día como hoy hace un año, Jesús Navas estaba rumiando entre nervios y sentimientos encontrados la víspera de la gran jornada de su homenaje en el Ramón Sánchez-Pizjuán. El 30 de diciembre de 2024, mañana se cumplen 365 días, el mayor mito viviente de la historia del Sevilla abrió de par en par los corazones del fútbol sevillano, español y hasta mundial, del deporte en general, para recitar su adiós al fútbol. El mayor embajador in pectore del Sevilla y el sevillismo dijo adiós entre lágrimas y reuniendo a incluso a enemigos íntimos en un estadio a reventar. Y luego llegó el vacío de 2025.
Termina el año 1 después de Jesús Navas con la conclusión patente de que el Sevilla y el sevillismo están faltos de una figura como la que encarnó el hombre de todos los récords habidos y por haber. A ver quién alcanza como sevillista de cuna y crecimiento los 15 títulos de su palmarés: ocho logrados con su Sevilla del alma, tres con el Manchester City y cuatro, el que más, con la selección española. Casi tan difícil como los 705 partidos oficiales en los que defendió con más pundonor y verdad que nadie el escudo del Sevilla.
En este año 1 después de Jesús Navas el Sevilla, o el sevillismo, tanto monta, monta tanto, no sólo se quedaron huérfanos de un líder espiritual que jamás se engrió de serlo y que de hecho apenas lo fue de forma ejecutiva. De pronto se quedaron, el Sevilla y el sevillismo, anonadados ante la realidad de un club en almoneda en el que sus máximos accionistas ya parecen haber llegado al único consenso posible tras años de guerra fratricida con un definido epicentro paternofilial en el eje de los Del Nido: la venta de los grandes paquetes de acciones a un inversor extranjero para empezar de cero.
La venta a un inversor yanqui
El sevillismo pasó de contar los récords e hitos de Jesús Navas a hacerse con la terminología de las transacciones en las grandes sociedades de capital: la LOI (letter of intent o carta de intención), la due diligence o auditoría previa a la transacción, el equity value (valor neto de los títulos) y el enterprise value (valor neto de la empresa incluida la deuda), la deuda neta financiera y las diferentes maneras presentar los créditos del club.
En lo institucional, con el temor lógico a lo desconocido y a los intereses más o menos legítimos que puedan tener los nuevos propietarios, al menos 2025 terminó con la Junta General de Accionistas menos convulsa del último lustro. Como si ya estuviera todo el pescao vendío, que lo está desde que los accionistas americanos rompieron mediante la nueva portavocía de Juan de Dios Crespo la alianza con José María del Nido Benavente en la Junta Ordinaria de 2024, celebrada excepcionalmente en enero de 2025.
José María del Nido Carrasco presidió el pasado 15 de diciembre la que posiblemente fuera su última presidencia de una Junta ante el desembarco del capital yanqui, que se puede producir en aproximadamente tres meses. Ya se verá.
El giro en lo deportivo
En lo deportivo, el sevillismo estuvo abocado durante 2025 al sufrimiento como lo estuvo en las dos temporadas y media previas aún con Jesús Navas como capitán. El palaciego sufrió de lo lindo desde la grada una vez que colgó las botas y vio cómo García Pimienta era destituido para que Joaquín Caparrós acometiera la aventura inquietante de la permanencia, que logró con aquel triunfo único y agónico sobre Las Palmas. Y también contempló cómo la esperanza inicial en el nuevo referente del Sevilla y el sevillismo, Matías Almeyda, no terminaba de cuajar ante la evidente precariedad de una plantilla de saldo cuyos fichajes costaron la inversión de 10 millones de euros. Un registro histórico por lo escaso.
Del Nido Carrasco se fio de Antonio Cordón para que este se apoyara en Almeyda en el plan de reestructuración necesario para limpiar el club de todo el lastre arrastrado, financiero y deportivo. Y así están las cosas, con el Sevilla habiendo terminado décimo en la Liga, eliminado de la Copa y más cerca del descenso que de los puestos europeos. Mientras, Jesús Navas sigue en la grada sufriendo ya como un sevillista más. El héroe transmutado en sufridor en apenas un año.
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