Sevilla FC

100 ...y subiendo

  • Lopetegui cumple un centenar de partidos oficiales con el Sevilla coincidiendo con uno de los mejores momentos y en las quinielas como postor al título de Liga

Julen Lopetegui, dirigiendo al Sevilla esta temporada.

Julen Lopetegui, dirigiendo al Sevilla esta temporada. / Alaister Gaint / EFE

Parece increíble que el 4 de junio de 2019 a eso de las dos y algo de la tarde el sevillismo se llenara de reticencias cuando se conocía que la elección de Monchi, director general deportivo, había sido Julen Lopetegui para liderar el proyecto de su regreso al Ramón Sánchez-Pizjuán tras dos años de experiencia en Italia mientras el club pasaba dos temporadas erráticas y casi a la deriva en manos de Óscar Arias y Joaquín Caparrós.

El entrenador guipuzcoano cumplió en Vigo 100 partidos al frente del equipo nervionense coincidiendo con el mejor momento –o uno de ellos, porque ha habido ya días de gloria– de su aventura en Sevilla. Posiblemente dentro del vestuario el mensaje sea otro y produzca algo de vértigo el que se hable fuera de una candidatura al título de Liga o, al menos, que el Sevilla esté en condiciones de pelear por ello con los grandes, pero es lo que está en la calle y, a diferencia de otras veces, la altura a la que estamos de competición invita a pensar que posibilidades reales esta vez sí hay.

Quiere decir que Lopetegui, de nuevo, está haciendo historia. Igualando y superando ya las marcas de los mejores entrenadores a nivel de cifras que han pasado por Nervión, como las 59 victorias de Manolo Jiménez o las 57 de Juande Ramos en sus primeros 100 partidos disputados, el ex seleccionador ha redondeado su primer centenar de citas oficiales con 60 triunfos en una secuencia que se completa con 21 empates y 19 derrotas, 157 goles a favor y 87 en contra.

Gestión de la pandemia

En su haber está, sin duda y entre otras muchas cosas, la buena gestión de sus recursos durante la pandemia y el confinamiento y en la posterior vuelta a los entrenamientos. El Sevilla fue uno de los equipos que mejor volvió a la competición al final de la pasada campaña, lo que le valió para despejar todas las dudas que había levantado y para conseguir la clasificación para la Champions mediante la cuarta plaza en la Liga y para conquistar brillantemente la sexta Europa League para las vitrinas del Sánchez-Pizjuán. La forma en la que el Sevilla salió reforzado de ese agosto de 2020 terminó por convencer a los aficionados que aún albergaban reticencias y que no se acababan de identificar con el fútbol que el equipo nervionense desplegaba con el de Asteasu al frente.

Aquella exhibición en Colonia ante equipos como la Roma, el Wolverhampton, el Manchester United o el Inter terminó por convertir al Sevilla de Lopetegui claramente en un equipo de autor dispuesto a lo que fuera posible. Porque por ambición no iba a quedar, desde luego que no.

Saturación de partidos

Sin embargo, el gran enemigo de Lopetegui y contra lo que ha estado luchando todo el año ha sido la acumulación de esfuerzos. El calendario ha sido muy duro con todos los equipos desde que el Covid-19 apareció en nuestras vidas, pero especialmente con una plantilla que casi enlazó una temporada con otra.

Competir hasta finales de agosto mientras el resto de equipos veía por la tele lo que pasaba en Alemania y tener que empezar antes también para disputar en septiembre la Supercopa de Europa lastró muchísimo al Sevilla y ha sido la cruzada particular del técnico vasco con los responsables de LaLiga, que jamás tuvieron el más mínimo miramiento para cuidar el físico de sus futbolistas a la hora de ubicar los horarios de los partidos.

Daba igual que los sevillistas vinieran de jugar un partido duro en Europa, siempre tenían menos descanso que el resto. El ejemplo más claro fue tras la Supercopa de Europa ante el Bayern Múnich en Budapest, un duelo extenuante que acabó en la prórroga y en la que toda España pudo a ver a los de Lopetegui compitiendo como titanes ante el campeón bávaro.

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