El gol de Palop al Shakhtar en Ucrania cumple 15 años

El Sevilla sigue escribiendo historia en Europa, pero no olvida la que ya es parte de la vida de varias generaciones de sus aficionados. Este martes 15 de marzo se cumplen 15 años de uno de los goles más célebres en el club del Sánchez-Pizjuán, el que anotó Andrés Palop de cabeza ante el Shakhtar Donetsk en Ucrania para forzar una prórroga que formó parte del camino del equipo de Juande Ramos a la final de Glasgow ante el Espanyol en 2007, en la que el meta valenciano volvió a ser protagonista al dar una asistencia de gol a Adriano y al detener tres lanzamientos en la tanda de penaltis.

El Sevilla perdía por 2-1 en tierras ucranianas en aquella eliminatoria de cuartos de final de la entonces llamada Copa de la UEFA. Los blancos estaban, por tanto, eliminados, ya que en el partido de ida jugado en el Ramón Sánchez-Pizjuán el resultado fue de 2-2 con goles de Martí y Maresca, ambos de penalti en los minutos 8 y 88 y de Hubshman y Matuzalem, éste también desde los once metros. En Donetsk se cumplía el minuto 94 y un córner lanzado por Daniel Alves era subido a rematar ya a la desesperada por Palop. El centro del brasileño le vino franco al valenciano, que cabeceó de forma certera al fondo de la red, lo que provocó una explosión de júbilo y la locura en sobre el césped ucraniano.

Después, en la prórroga, un tanto del uruguayo Chevantón le daría el pase al Sevilla a los cuartos de final, ronda en la que eliminó al Tottenham y después en semifinales al Osasuna.

Palop entró en la historia del Sevilla y también de la propia competición. De hecho, la UEFA ha recordando este martes ese momento con un mensaje y un vídeo en su cuenta de twitter.

"Pensé: 'voy al ataque y creo confusión'"

El meta valoró años después para la pagina de la UEFA lo que vivió esa noche. "Pensé 'voy al ataque y creo confusión, intentando bloquear a un rival o desviando el balón para que lo pueda tocar algún compañero mío. Si hubiera salido mal la jugada los rivales podrían haber marcado un tercer tanto. Pero nunca pensé que fuera a hacer gol".

"El caso es que cuando se ejecutó el saque de esquina todo el mundo me estaba esperando, y entonces vi venir el balón hacía mí y sabía que era mi pelota, y que podría rematar a portería sin la oposición de ningún rival. Intenté asegurarme de que el balón fuera a gol, y así llevar el partido a la prórroga. La pelota llegó hacía a mí y cabeceé. Viví unos sentimientos increíbles que nunca he tenido. Ahora sé lo que siente un compañero cuando marca un gol", añadió.