Rubén Baraja tomó el viernes una decisión valiente y llamativa que sorprendió a todos en el arranque, tal vez incluso a José Luis Mendilibar y los miembros de su cuerpo técnico. Lo que parecía ser un Valencia con tres centrales se convertía en un claro 1-4-4-2 mediante el adelantamiento de una de sus piezas. Más sorprendente aún era la vía elegida, pues se trataba de Diakhaby, quien partía como medio centro para abarcar mucho campo y ganarle por fuerza, no por calidad por supuesto, al parsimonioso centro del campo sevillista.

¿Y a cuento de qué viene esto en un análisis relacionado con el Sevilla Fútbol Club? Muy sencillo, los sevillistas también tienen un grave problema en ese centro del campo debido a su evidente falta de piernas. La veteranía de sus integrantes deja sin muchos recambios posibles la posición de medio centro defensivo. Sólo dos especialistas existen, teóricamente, en la plantilla.

Fernando es el titular indiscutible durante los últimos años y el otro es Gudelj, aunque el serbio, recientemente renovado, se ha reconvertido hacia la posición de defensa central y por una razón o por otra siempre es utilizado en esa zona más retrasada. El partido del debut liguero contra el Valencia, saldado con la derrota, fue el ejemplo más evidente de todo lo anterior. Cuando Mendilibar consideró que el físico de Fernando ya no le daba para más la única opción que le quedaba fue colocar en esa posición a Rakitic para que el recién llegado Djibril Sow estuviera más suelto para ayudar también hacia delante y tratar de abarcar más campo.

Djibril Sow, más Pape Gueye que Fernando

A estas alturas, después de verlo en dos encuentros como sevillista, parece que el suizo no es precisamente un medio centro para jugar anclado por delante de la defensa. Es algo similar a lo que le sucedía en la pasada temporada a Pape Gueye, que bajaba de forma considerable su rendimiento cuando se veía obligado a jugar en la posición de Fernando y lo incrementaba cuando lo dejaban correr con libertad para ayudar tanto atrás como delante con sus peligrosas incorporaciones gracias a su zancada.

Basta con acudir a la página de Transfermarkt o cualquier otra para comprobar que la edad oficial de Fernando está ya en los 36 años, los cumplió el pasado mes de julio, mientras que Rakitic, que fue su sustituto con el cansancio que ya llevaba acumulado, cuenta con 35. Es evidente que el Sevilla necesita piernas frescas en esa parcela y viendo el rendimiento que ofreció Diakhaby, gol incluido, lo primero que se viene a la mente es el nombre de Tanguy Nianzou.

El joven defensa central francés se encuentra actualmente lesionado, pero cuentan todos los que conocían a Julen Lopetegui que el entrenador vasco estaba deseando probarlo en la posición de medio centro, pero que no pudo hacerlo por las circunstancias de la lesión de Marcao y por otro tipo de cuestiones. Nianzou, por encima de su compatriota Diakhaby, ha demostrado durante sus escasas apariciones en el Sevilla, que tiene un buen manejo con las dos piernas a la hora de desplazar el balón y que incluso busca pases interiores con facilidad y eficacia.

Además, Nianzou cuenta con un buen juego aéreo por su fortaleza física y por sus 191 centímetros, lógicamente. El francés es aseado en lo referente a la anticipación y al corte, pero no sólo eso, alejarlo del área propia evita el problema de sus despistes defensivos y también de los excesivos riesgos que corre en la salida de la pelota desde atrás. Y otra circunstancia más que ha mostrado, a veces, es su tendencia a incorporarse con el balón hacia arriba.

Precedentes

Seguro que se puede alegar que Nianzou es defensa central, pero basta con acudir de nuevo a esa biblia de los datos futbolísticos que es Transfermarkt para comprobar que Nianzou jugó como pivote en el Bayern Múnich en cuatro partidos al menos. Es cierto que siempre fueron ratos, entre otras cosas porque el francés no fue casi nunca titular indiscutible con el gigante alemán, pero es evidente que la posición de medio centro defensivo no le resultaría desconocida.

Conclusión tras ver a Diakhaby desempeñarse en esa posición e incluso meterle un gol a Bono, ¿podría estar la solución de esos males del centro del campo sevillista con un futbolista con físico en su propia plantilla? Lopetegui quería probarlo ahí y ahora será Mendilibar y su cuerpo técnico quien deba valorar esa opción, si es que no lo han hecho ya en los entrenamientos, claro. Nianzou, cuando esté recuperado, por supuesto, podría ser un ‘Diakhaby’.