Se le va a hacer muy larga la competición al Sevilla Atlético, al que parece caerle grande, por su juventud e inexperiencia, la Primera RFEF. El segundo partido de Alejandro Acejo al frente del primer filial, tras la destitución de Paco Gallardo, se saldó con una nueva derrota, por lo que los sevilistas siguen anclados como farolillo rojo tras haber ganado solamente un partido en nueve jornadas.

Es cierto que en la complicada visita al siempre experto UCAM Murcia hubo una palpable mejoría, pero los despistes o desconcentraciones en el área propia y la falta de contundencia en el área contraria se pagan muy caros en una categoría que es de más nivel que la Segunda B.

También es cierto que no tuvo mucha suerte el filial sevillista en La Condomina. Necesitado como estaba de de sumar un triunfo que lo alejase de la zona baja de la tabla, el filial buscó el protagonismo en una primera mitad en la que la única acción de peligro local se convertiría en el primer tanto del encuentro. Así es el fútbol. En la segunda mitad, Valentino logró el empate, pero después de tanto trabajar, de nuevo escasos minutos después Alberto Fernández firmó el definitivo 2-1.

Arrancó mejor el Sevilla Atlético en La Condomina. Fue valiente al jugar en campo contrario el equipo de Alejandro Acejo, buscando continuamente el área contraria. El UCAM esperaba taimado y sorprendía a la contra. Y así fue como en la primera llegada de peligro local Nuha, de cabeza en el segundo palo, adelantaba al UCAM al cuarto de hora. Nuevo jarro de agua fría y otra vez a remar contra corriente. Pero reaccionaron bien los chavales que ahora adiestra Alejandro Acejo, a pesar de no encontrar con claridad los espacios en el campo contrario, ante un buen cerrado UCAM. Aun así, fue una buena primera mitad.

Al poco de la reanudación, Luismi Cruz estrelló un disparo en el travesaño. El Sevilla Atlético quería y podía. Y no cesó en su empeño hasta empatar a balón parado. Valentino, en el área pequeña, aprovechó un balón suelto tras una falta ejecutada por Luismi Cruz.

Pero diez minutos después llegó el segundo y definitivo jarro de agua fría. Alberto Fernández superó a Alfonso con un disparo potente cruzado. Como en la primera mitad, el equipo filial buscó de nuevo el tanto del empate en el tramo final del partido, pero todo fue inútil y recibirá a un histórico como el Nástic de Tarragona como portador del farolillo rojo de la clasificación.