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Luis Alberto, esa quimera

  • La alta cotización en Italia del atacante lacial impide el esperado acercamiento para su regreso al Sevilla

  • "Ahora mismo es difícil, complicado", asumen en su entorno más cercano

Luis Alberto celebra un gol con la Lazio junto a Lucas Leiva.

Luis Alberto celebra un gol con la Lazio junto a Lucas Leiva. / Elisabetta Baracchi / Efe

La historia de amor entre el Sevilla de Monchi y Lopetegui y Luis Alberto, de momento, tiene tintes platónicos. Es un amor ideal, pero imposible, como en un drama shakesperiano. Coetáneo al genio de Avon fue Quevedo, cuya letrilla satírica Poderoso caballero es don Dinero está tan vigente como en el Siglo de Oro, si no más, sobre todo en el mercadeo futbolístico. Y en estos momentos la elevada cotización de Luis Alberto impide cualquier acercamiento que apunte al esperado reencuentro de las tres partes.

De tan ideal que sería el regreso de Luis Alberto al Sevilla se antoja imposible, porque la Lazio cuenta con él como uno de los pilares de la plantilla, sobre todo si sale Milinkovic-Savic. Y Claudio Lotito, presidente del club lacial, ha dado orden a su director deportivo, Igli Tare, de que no atienda ofertas por el futbolista de San José del Valle y que, en todo caso, éstas tendrían que ser superiores a los 30 millones de euros –algunas fuentes italianas hablan de 40 millones– para atisbar una negociación firme.

De todo esto son conscientes Monchi y Lopetegui, quien ya hizo debutar, aunque testimonialmente, al mediapunta gaditano en la selección absoluta, después de que hubiera contado con él en las selecciones sub 19 y sub 21, no tan prolíficamente como pudiera parecer: entre los tres combinados acumula cuatro apariciones como internacional español. Aun así, a sus 26 años Luis Alberto reúne todos los condicionantes para unirse al proyecto revolucionario del gaditano y el guipuzcoano: no sólo es español, sino que tendría ficha de canterano en la Liga Europa, tiene experiencia internacional, creatividad, un talento innato para el fútbol, aporta goles y ha madurado lejos del hogar.

En esa perspectiva, y viendo que la temporada pasada no rindió a tan altísimo nivel como la anterior, en la que sorprendió a Europa entera con el perfecto binomio que formó en el ataque de la Lazio junto a Immobile, similar al que antes había conformado con Lucas Pérez en el Deportivo, cedido por el Liverpool. La 17-18 fue la temporada de su confirmación, tras lo apuntado en Riazor. Marcó 11 goles y 13 asistencias en 34 partidos de la Serie A, y ganó la Supercopa de Italia. Todo de la mano de Simone Inzaghi y junto al ex sevillista Immobile. Pero la pasada temporada, por sus problemas de pubalgia y de aductores, que le impidieron visitar Nervión en la Liga Europa o disputar la final de la Copa de Italia que ganó el conjunto romano al Atalanta, decayó su rendimiento... y empezaron los rumores de su nostalgia andaluza.

Sin embargo, no todos son rumores. Monchi tiene línea directísima con sus representantes. Hace semana y media, además, con motivo del trágico fallecimiento de Reyes, Luis Alberto estuvo con Loren, su agente y ex compañero de Monchi, en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Allí se vieron y se fundieron en un doliente abrazo. No era momento para hablar de negociaciones. Pero los contactos sí han existido y la realidad es ineludible: la Lazio pide una barbaridad.

"Ahora mismo es difícil, complicado", aseguraban desde su entorno a este diario. En Italia cotiza al alza y el futbolista está encantado con que Inzaghi, tras algunas dudas, haya firmado por dos años más en la Lazio. Pero su deseo de volver es real. Y dicen que el amor mueve montañas... De darse el caso, sería en un contexto especial y muy al final del mercado.

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