Siempre se ha dicho que la medida justa es el término medio y el Sevilla se dispone a iniciar el segundo tercio de Liga en mitad de dos picos, uno tremendamente positivo y otro con serias dudas, y en una posición en la que cumpliría sus objetivos.

Los de Julen Lopetegui, después de iniciar el campeonato con unos resultados espectaculares –sobre todo fuera de casa con tres triunfos consecutivos–, superaron su peor momento de dudas y llegaron al presente parón en cuarta posición, en zona Champions, después de ocho jornadas sin poder estar entre los cuatro primeros.

Todo quiere decir que el bloque se ha asentado y que ha ido quemando con naturalidad todas las etapas previstas. El Sevilla llegó a ocupar el liderato en dos jornadas tras sendos triunfos fuera de casa, frente al Granada (0-1) y ante el Alavés (0-1), para después pasar por una racha de dudas que generó ciertos nervios en torno al entrenador y que sirvió para discutir sus decisiones, fundamentalmente no contar con Dabbur e insistir con jugadores no del todo bien mirados por el aficionado de a pie, como De Jong o Nolito.

El Sevilla cayó directamente del primer puesto a salir de la zona Champions al perder con el Real Madrid (0-1) en el Sánchez-Pizjuán, un choque tras el que se acusó a Lopetegui de tener poca ambición, llegando después el peor momento con las derrotas en Ipurua y en el Camp Nou, la primera de ellas tras ir ganando por 0-2 en el descanso y la segunda con un contundente 4-0 fraguado en el breve espacio de ocho minutos, en los que el equipo nervionense recibió tres goles después de haber amagado con ponerse por delante.

El Sevilla llegó a estar fuera de la zona europea, puesto que la derrota ante el Eibar, un jueves, lo condenó a la séptima plaza (sexta jornada), por lo que la recuperación del equipo en la tabla clasificatoria tiene su importancia. Los de Lopetegui, que entre ambas derrotas le ganó con trabajo a la Real Sociedad en Nervión (3-2), ha logrado volver a erigirse en un equipo creíble. Los dos triunfos enlazados ante Levante y Getafe, sufridos con gol de De Jong en el minuto 88 ante los granotas (1-0) y desatascado por Chicharito ya avanzada segunda parte ante los de Bordalás, fueron la base de la reacción del Sevilla (2-0), que cumplió la media inglesa con el empate ante el Valencia en Mestalla (1-1) y de alguna manera con el punto sumado en la visita del Atlético (1-1) y el triunfo en el derbi en el Benito Villamarín (1-2).

Lopetegui ha logrado una regularidad que invita a pensar en positivo, además en paralelo a un rendimiento inmaculado en la Europa League, con cuatro triunfos y la clasificación ya sellada con el primer puesto asegurado.

Con un sistema de rotaciones cada vez más eficiente en el que muchos jugadores alternan en la titularidad sin que haya una escisión entre bloque de confianza y banquillo, el Sevilla está cumpliendo sus objetivos sin estridencias y dentro de los parámetros lógicos que la construcción del proyecto había diseñado.

El segundo tercio, a partir de este domingo, tiene la palabra, pero el camino es el correcto.