Sevilla - Villarreal

Nihil obstat de Gerard Moreno al manual de competitividad

Resumen del Sevilla-Villarreal / LaLiga

Triunfo revitalizador y de enorme mérito del Sevilla sobre el pujante Villarreal, que obligó a sufrir una vez que las fuerzas decayeron en la segunda mitad. Julen Lopetegui ni siquiera pudo agotar los cambios ante la falta de posible rotación por el cúmulo de bajas. Y encima se lastimó el futbolista quizá más en forma, Acuña. El técnico sevillista repitió el equipo del Bernabéu y el partido con prórroga de Córdoba condicionó lo suyo.

El ajustado marcador, por esos centímetros que inhabilitaron a Montiel en el taconazo de Ocampos impidiendo que subiera el segundo tanto al marcador –habría sido un golazo–, obligó al Sevilla a tirar de su manual de competitividad. Porque la puesta en escena fue extraordinaria. La zaga conectó con el mediocampo para saltarse la presión adelantada del Villarreal. Y los laterales desdoblaron a Ocampos y al ubicuo Papu, con libertad de movimientos, para desarbolar por fuera a la zaga amarilla. Así llegaron los dos tantos, el legal y el ilegal, en sendos centros laterales, si bien el que valió vino por otra de las virtudes del Sevilla: el robo adelantado gracias a una buena presión coordinada.

Infografía Infografía

Infografía / E. F / A. L.

En la segunda mitad, se notó el esfuerzo continuado y el del partido ante el técnico Villarreal, que apretó la tuerca con los ofensivos cambios. Y la lesión de Acuña, una autovía en la izquierda, terminó de variar el rumbo del partido. A raíz de ahí, el Sevilla se pertrechó atrás, tapó todos los caminos del Villarreal excepto uno, el que encontró Estupiñán a la espalda del agotado Montiel tras un pase de Parejo. Pero Gerard Moreno se apiadó del ahogado Sevilla y estampó el nihil obstat sobre la contracubierta del manual de competitividad de este equipo solidario y sufridor cuando debe serlo.

Defensa

Enorme en la salida del balón, la zaga supo hallar los caminos con frialdad ante la atosigante presión del Villarreal, apoyándose en un centro del campo perfectamente escalonado al que ayudó la referencia de Rakitic y la ubicuidad de Papu Gómez, que partía desde la izquierda pero se movía por toda la medular.

Antes del paso obligado atrás, hubo mucha atención a los pases interiores de Trigueros. Luego el aculamiento sobrevivió sin sobresaltos para Bono. Fernando, Joan Jordán y Delaney pusieron una línea de tres que leyó los momentos para salir o replegarse, para presionar o bloquear disparos y centros sin perder el sitio.

Ataque

Los laterales ofrecieron la vía más obvia una vez que el Sevilla superó la presión del Villarreal. Pero por dentro también hubo conexiones que desarbolaron la medular amarilla. Además, la mejor arma fue la presión adelantada, los robos en zonas ofensivas, como el que propició el 1-0 o el que ocasionó el gol anulado a Rafa Mir. Eso sí, en la segunda parte se volvió a evidenciar lo que le cuesta montar un contragolpe a este equipo. Apenas salió antes de los intentos de Óliver Torres.

Virtudes

La puesta en escena, superando al rival con buen fútbol, dinamismo y combinaciones por dentro y por fuera, y la solidaridad posterior.

Talón de Aquiles

Ya en la primera parte falló contras claras, como aquella de cinco contra dos en la que eligió mal Joan Jordán. En la segunda no hubo.

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