Por mucho prestigio que dé ganar un título como la Europa League, a nivel económico y de crecimiento institucional asentarse en la Champions League es lo que buscan todos los clubes de Europa. Equipararse a un grande equivale a repetir año a año en el mayor torneo continental de clubes, cuyos premios económicos están muy por encima de otros ingresos atípicos.

De esta forma, el Sevilla, con su pase matemático a los octavos de final tras vencer al Krasnodar en Rusia, tiene ya asegurados cerca de 60 millones de euros en ingresos. Con los 2,7 millones de euros que ofrece la UEFA por victoria (900.000 por empate), más el porcentaje de market pool que le corresponde al club andaluz por coeficiente, el Sevilla ha sumado ya a su cuenta de ganancias unos 11,5 millones por los tres triunfos y el empate que lleva en las cuatro jornadas disputadas. A ello hay que añadir los 15,7 millones que han recibido los 32 participantes en la fase de grupos, más otros 23 que le corresponden al Sevilla por cuota de coeficiente.

Y con todo eso, aún está por contabilizar los 9,5 millones que le corresponden por pasar a los octavos de final. Una suma total que se acerca a los 60 millones y que aún puede elevar esa cifra por cuanto el Sevilla tiene asegurados como mínimo cuatro partidos más, dos de la fase de grupos ante el Chelsea y ante el Rennes y otros dos de la eliminatoria de octavos.

Por tanto, el Sevilla ya ha recaudado en cuatro encuentros en la fase de grupos casi el doble de lo ganado el pasado ejercicio por llegar a la final y ganar la Europa League.

Se entiende por ello que la obsesión de los dirigentes sea asentarse en la Champions y repetir clasificación año a año.