Slavia de Praga-Sevilla FC

De cómo tumbar un muro

  • El Sevilla, impulsado por el golpe anímico ante la Real y por su nueva revisión táctica, visita el fortín del Slavia: una derrota en 19 partidos

Munir, cuyo ingreso ha mejorado la prestación ofensiva, y Sarabia, en el entrenamiento.

Munir, cuyo ingreso ha mejorado la prestación ofensiva, y Sarabia, en el entrenamiento. / Juan Carlos Vázquez

A cara o cruz, el todo o nada inherente a las eliminatorias, pero con la presión de un contexto demasiado complejo, el Sevilla debe ganar, o empatar por más de dos goles en Praga. Es la consecuencia de un resultado inesperado en el partido de ida del jueves pasado, en un choque en el que el equipo de Pablo Machín mereció tener ventaja y bastante superior, al margen de que concediera demasiados espacios en la primera parte. El propio entrenador puso como ejemplo el partido al compararlo con la goleada sobre la Real Sociedad. "Hemos realizado 21 tiros y hemos marcado cinco goles, y el otro día con 18 tiros sólo hicimos dos goles", argumentó. O sea, que el acierto será trascendental.

Más aún teniendo en cuenta que el Slavia de Praga ha hecho esta temporada del Eden Arena un auténtico fortín. Bien es cierto que no se puede comparar la Fortuna Liga con LaLiga, más allá de compartir el nombre principal. Pero es que en Europa tampoco ha sido fácil para ninguno de los visitantes que ha recibido el Slavia en su pequeño feudo, algunos del pedigrí del Girondins, el Zenit o el Dinamo de Kiev.

Pablo Machín salvó un match ball ante la Real Sociedad con toda justicia. La pizca de fortuna que le hizo falta en Huesca y la que le dio la espalda totalmente ante el Slavia se puso de su parte ante los vascos, partido en el que el Sevilla volvió a ser ese equipo dinámico, presionante, llegador, en una media hora de la segunda parte para enmarcar. Y ahora en Praga afronta otro match ball. Al menos para seguir en Europa...

El golpe anímico del 5-2 sobre la Real es el mejor aval con el que la expedición del Sevilla partirá en la mañana de hoy, a las 9:30, hacia la bellísima y romántica capital checa. Y harán bien Pablo Machín y sus futbolistas en acentuar esa nueva revisión táctica con la que, adelantando las líneas de presión y bajo el recuperado dibujo de 3-4-3, como al principio de temporada pero con otros protagonistas, sobre todo en el ataque, parece haber recuperado la identidad perdida.

El soriano optó por sacar del equipo titular a Andre Silva ante el atasco absoluto que tenía el Sevilla en la fase ofensiva, sin dejar de frenar la sangría defensiva. Ya en Huesca hubo un zafarrancho importante que no obtuvo premio, todo lo contrario. Pero fue ante el Slavia cuando ya se puso en escena ese acoso y derribo con la inclusión de Munir en el once titular por Andre Silva, que sólo ha marcado un par de goles en los últimos cuatro meses.

El ingreso de Munir ha significado una importante variante táctica en la que, en teoría, el Sevilla pasa de tener dos delanteros a uno solo, Ben Yedder. De esa forma, el centro del campo, con el madrileño partiendo de la izquierda y Sarabia desde la derecha, gana un hombre más para la presión, sin perder llegada ni combinaciones en la fase de ataque. De hecho, Munir está siendo junto a Ben Yedder el que más remates ha aportado en los dos últimos partidos, aunque hasta ahora la fortuna no ha sido muy generosa con él. Y la mejor prueba de esto es que su preciso cabezazo bombeado ante la Real Sociedad dio en el larguero y botó dentro rozando la raya: lo convirtió en gol Ben Yedder. Ante la Real, de los 21 remates cinco fueron de Munir y seis de Ben Yedder, que sí obtuvo recompensa.

En Praga hará falta que la fortuna y el acierto acompañen esa mejoría del Sevilla. El Slavia está invicto en Europa: 1-1 con el Dinamo de Kiev en la previa de Champions; y 1-0 al Girondins, 0-0 con el Copenhague, 2-0 al Zenit y 0-0 ante el Genk en su camino hasta octavos de la Europa League. Y en la Fortuna Liga sólo ha perdido un partido (jornada 5ª, 0-2 ante el Jablonek). En total suma 19 partidos en el Eden Arena con una sola derrota, la mencionada, y cuatro empates, tres en Europa, inferiores al 2-2 logrado en la ida de octavos.

El Sevilla se encontrará un muro en Praga. Un equipo muy físico que aquí ya demostró fiereza, con consentimiento arbitral, y en su casa se crecerá aún más. Un rival con poderío en la estrategia. Y que supo aprovechar los espacios que aún sigue generando el Sevilla cuando el rival supera la primera línea de presión. Ahí también estará el partido. Pero sobre todo en el acierto de los hombres que elija Pablo Machín para una verdadera e inesperada final.

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