El partido del Sevilla | Análisis

En la oscuridad también está el mérito

  • El Sevilla de Lopetegui gana un partido muy táctico en el que perdió el centro del campo y lo volvió a recuperar.

  • Defendió con balón con Óliver y el ‘Mudo’ y sólo fue inquietado en estrategia.

Informe táctico

Informe táctico / Departamento Infografía

El Sevilla, que ya es con mucha diferencia el mejor visitante de la Liga, gestionó con cabeza, paciencia y argumentos de plantilla un importante triunfo en un estadio en el que no había ganado nadie. Es verdad que se le puso de cara pronto, pero también es cierto que supo sobreponerse a una fase en la que tenía perdido el control del centro del campo –que no de la situación–, pero los movimientos de Lopetegui tras el descanso sirvieron para rectificar esa circunstancia y al buen trabajo del sistema defensivo sumó una gran capacidad para defender con el balón.

Y eso fue justo lo que hizo peligrar el triunfo aproximadamente del minuto 20 al 45. El Valladolid logró generar superioridad numérica por dentro con ese falso 1-4-4-2 en el que los extremos se juntaban para ahogar a Banega y Joan Jordán. Éstos jugaban un cuatro contra dos en inferioridad debido a que Fernando estaba muy atrás y Ocampos y Nolito se situaban aislados en las bandas. Los porcentajes de posesión, muy a favor del Sevilla en los primeros quince minutos (33% vs 67%), cayeron hasta un 43%-57% al descanso, sumándose además llegadas aisladas pero con peligro del Valladolid, como el palo de Sandro, y faltas peligrosas al borde del área.

En la segunda mitad, Lopetegui logró cerrarle el grifo a su rival, con un movimiento táctico (paso al 1-4-4-2) y de jugadores con la entrada de Óliver Torres y Franco Vázquez para defender con balón.

Defensa

El sistema defensivo no tuvo fisuras en zona de tres cuartos hacia atrás. Perdió el control un poco más adelante, donde la presión que ordena Lopetegui resultaba ineficaz. Repasando, el Valladolid apenas llegó al área de Vaclik. Más bien, sólo llegó una vez, la de Sandro. El resto fueron intentos a balón parado, como la falta directa de Hervías, y ahí sí puede decirse que los jugadores del Sevilla quizá cometieron faltas evitables en los alrededores del área. Esas jugadas, y los córners, eran las únicas bazas de un equipo que cuando Lopetegui logró tocar la tecla apropiada pasó a no sufrir apuros.

Ataque

Al Sevilla le costó encontrar ligazón en los últimos metros, pero no en todos los partidos se puede. El Valladolid demostró tener bien estudiado a su contrincante y logró cerrar las vías de ataque. Cortó las líneas de pase entre Banega y Nolito y Ocampos y Jordán y creó superioridad numérica en esa zona limitando las opciones nervionenses a transiciones defensa-ataque en la que la falta de precisión de De Jong y Nolito impidió que antes del descanso hubiese llegado el 0-2.

Tras el paso por los vestuarios, Lopetegui modificó su dibujo y reajustó el desequilibrio numérico con Óliver Torres como falso extremo y quitándole al Valladolid la referencia de Banega, ahora como punta mientras De Jong dividía. Con Franco Vázquez el control creció y el Sevilla supo defender con el balón.

Virtudes

Personalidad y empaque defensivo. El Sevilla da un zarpazo con un fútbol práctico y buena lectura.

Talón de Aquiles

Demasiadas faltas y córners concedidos, aunque los defendió bien.

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