El partido del Sevilla | Análisis

Maceración y el gol de Eindhoven

  • El Sevilla va a más en su dominio ante un rival que se fue replegando y retrocediendo tras un inicio gaseoso

  • Banega y Ocampos imitaron a Daniel y Luis Fabiano en el 1-0 ante el Middlesbrough

Análisis táctico

Análisis táctico / Departamento Infografía

El Sevilla de Lopetegui agrandó más su historia y sigue sumando muescas en cuanto a los registros de fútbol. Esta vez tocó madurar, macerar, tener paciencia para encontrar los huecos y esperar a que su rival, con una apariencia gaseosa con la explosividad de Adama Traoré, fuese defendiendo cada vez más cerca de su área.

El gol, además, recordó muchísimo al que abrió el marcador en una noche histórica para el sevillismo, la final de Eindhoven ante el Middlesbrough, cuando Daniel Alves metió un balón al área como el de Banega y se encontró con el cabezazo en escorzo de Luis Fabiano, al que emuló en esta ocasión Lucas Ocampos.

Pero el partido del Sevilla tuvo mérito porque supo esperar su momento y mover las piezas, con Ocampos abandonando ya su posición inicial en la izquierda y Banega teniendo más libertad para aparecer en el balcón del área.

Defensa

El sistema defensivo tardó en ajustarse y ello le costó un susto importante. El Sevilla trataba de presionar rápido tras la pérdida y cuanto más arriba mejor para evitar las transiciones, pero en los primeros minutos las posiciones no se ajustaron bien y la velocidad de Adama Traoré pilló a Fernando con el dedo en la nariz. Pudo costar caro, pero Bono lo evitó.

A raíz de ahí, ya no habría más fisuras y ni siquiera el cambio de sistema del Wolverhampton provocó inquietud. Sólo cuando Adama volvió a su zona natural en la derecha y buscó a Reguilón. Sin embargo, Nuno lo quitó pronto.

Ataque

El Wolverhampton hizo una variación en su esquema por la sanción de Podence, renunciando a su tridente de ataque y reforzando el centro del campo con un hombre con más balance defensivo como Dendoncker para que estuviera cerca de Banega y ello restó claridad en el último pase y la búsqueda de esos metros que ofrece la defensa adelantada del equipo de Nuno y que debía aprovechar En-Nesyri.

No obstante, tras el arranque y esos qunce minutos de descontrol, los blancos se hicieron con el balón y ya no lo soltaron, aunque les costó hallar profundidad. Suso fue el que mejor alteró el guión defensivo de los naranjas, con el perfil hacia adentro de un zurdo en la derecha. Pero fue casi el único argumento en los primeros 45 minutos. Después, ya se sumaron más ingredientes para que el Wolves fuera retrocediendo. Los niveles de posesión subían, Jesús Navas aparecía para sumarse a Suso por la derecha y Ocampos empezaba a salir de la izquierda para generar superioridades por dentro.

Con el cambio de sistema del rival, Banega empezó a tener más libertad, ya que de tres centrocampistas pasaban a tener dos y el argentino tenía tiempo para pensar. Y con De Jong los centrales defendían más metidos en su área.

Virtudes

El poderío defensivo es espectacular. El Wolves no llegó salvo en la jugada de Adama que acabó en penalti y en ataque iba machaconamente ganando terreno y subiéndose encima de su rival.

Talón de Aquiles

Esos despistes en las transiciones hicieron daño al principio.

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