Sevilla - Getafe | Los nombres propios

De la aplastante superioridad de Koundé al notable regreso de Escudero

Koundé toca la pelota ante el acoso de Cucurella.

Koundé toca la pelota ante el acoso de Cucurella. / Antonio Pizarro

El Sevilla de Julen Lopetegui está cada vez más afinado. A su proverbial seguridad defensiva y orden en el campo cada vez añade más capacidad ofensiva. Ante el getafe, dio una magistral lección de cómo salvar una presión adelantada con juego al primer toque y velocidad en las transiciones. Koundé cobra cada vez más protagonismo en el juego de ataque con sus poderosas incorporaciones. Jordán marca los tiempos con sapiencia y calidad. Y encima, se suman recién llegados como el Papu Gómez, que arma el juego con su experiencia, y Escudero, que viene a paliar el vacío que ha dejado Acuña con su lesión.

Koundé

Como si una estrella de la NBA jugara en un equipo del básket europeo. La figura de Koundé se va agigantando a medida que va jugando partidos. Y no sólo por su característica melena a lo afro, cada vez más espesa. Primero, va fijando a su par hasta minarle toda capacidad de respuesta. Luego, va asomándose a zonas ofensivas si hace falta. Batiendo líneas y dando juego. Imperial.

Joan Jordán

Su gran estado de forma es oportunísimo. El catalán volvió a dar un clínic de cómo manejar los muñecos en la zona ancha. Ahora que llegan partidos señalaítos, está de dulce. Viendo la osadía del Getafe de apretar tan arriba, jugó a la primera para acelerar las acometidas. Y su criterio para llevar el balón a las zonas adecuadas estuvo a la altura de su precisión en el pase. El mejor, a Munir.

Papu Gómez

Destila un carisma muy especial. En su puesta de largo en el Ramón Sánchez-Pizjuán, el Papu hizo el mismo movimiento que en Almería. Empezó escorado a la izquierda, al relevar a Ocampos, para adentarse poco a poco por zonas interiores, pedir la pelota, manejar los tiempos. Y soltar ese latigazo que lo llevó a su primer baile. Tiene un carisma muy especial. Se percibe.

Escudero

Siguiendo la estela de Aleix Vidal, se postuló como un recambio providencial. Si Aleix Vidal abundó en su fiable desempeño por el costado derecho, Escudero no le fue a la zaga en su vuelta al carril siniestro, que no ocupaba desde que se lesionó en Krasnodar, en noviembre. El vallisoletano, impasible, se soltó con toda naturalidad, no permitió una a Kubo y hasta creó peligro. Gran noticia para Julen.

Óliver Torres

Por fin arrancó la moto y fue profundo. Estaba entrando el extremeño en un juego insustancial, cuando no nocivo para su equipo por pérdidas en zonas de riesgo, pero ante la presión del Getafe fue otro. Quizás contagiado del frenesí del propio partido, no contemporizó, aceleró las jugadas con carreras, pases rasos o cambios de juego. Tuvo un aire reivindicativo su partido.

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