Sevilla FC

Una coraza frente al asedio

  • El proyecto está blindado por la dirección deportiva, preocupada por apoyar al técnico en sus peores días

Julen Lopetegui y Monchi charlan en la ciudad deportiva.

Julen Lopetegui y Monchi charlan en la ciudad deportiva. / Victor Rodríguez

El peor Sevilla como local de los últimos cinco años, unos números que empeoran a Manzano y a Míchel, sólo tres puntos más que la temporada pasada a estas alturas de la Liga, sólo 6 puntos sumados de 18 posibles en el año 2020... Cada titular es un dardo en la línea de flotación de un Julen Lopetegui que vive sus peores días desde que es el inquilino del banquillo nervionense, pero, pese a ello, el proyecto está acorazado por el director general deportivo, Monchi, cuya única preocupación es arropar a su técnico y a sus futbolistas hasta que éstos enderecen la situación y las aguas se calmen fuera de los muros del Ramón Sánchez-Pizjuán.

El Sevilla tiene en siete días tres partidos importantísimos, claves para sus objetivos, en especial dos de ellos ante el Cluj en la Europa League, pero Monchi, pese a lo que se pueda escuchar en cualquier pasillo, no tiene ninguna duda. A diferencia de otros años, el de San Fernando tiene plenos poderes en materia deportiva y su criterio nadie es capaz de discutirlo en el consejo ejecutivo. Para ello vino y para eso apostó por Lopetegui cuando también había reticencias sobre su elección.

Ahora, con el Sevilla vivo en la pelea por la Champions (tiene los mismos puntos que el cuarto y está a dos del tercero), dar un paso en falso sería caer en el caos que el club generó con sus antecesores, aunque no siempre fuera decisión de éstos –Óscar Arias fue despedido tras perder una final de Copa ante el Barcelona–.

La preocupación de Monchi con respecto al proyecto no está en el banquillo y pase lo que pase ante el Cluj en el global de la eliminatoria y frente al Getafe el domingo en el Coliseum Alfonso Pérez Lopetegui va seguir en su cargo, pues es además la apuesta firme del ex guardameta.

Distinto es que haya que analizar lo que está ocurriendo futbolísticamente en el equipo y las dificultades que está teniendo para sacar los partidos adelante, en particular como local.

El crédito de Lopetegui de cara al exterior tras ser eliminado por el Mirandés en la Copa y después de los últimos resultados ante los dos equipos que cerraban la clasificación en la Liga, Celta y Espanyol, ha descendido considerablemente y nuevas derrotas podrían convertir el Ramón Sánchez-Pizjuán en un avispero, pero Monchi cuenta con eso y si ha aprendido algo es a mantener la calma. Es verdad que el calendario no le va a dar tregua a Lopetegui y a sus hombres: Osasuna, Atlético de Madrid, una nueva ronda europea si eliminasen a los rumanos, Betis, Levante, Barcelona..., pero la confianza de la dirección deportiva es total.

El consejo de administración cerrará filas con cualquier decisión que tome Monchi, pero las cosas pueden empezar a ponerse más calientes en el momento que, en caso de que continúen los malos resultados, el sevillismo se le vuelva al palco al presidente y a sus principales consejeros.

La tranquilidad es el estado actual de las cosas. El blindaje del proyecto está a prueba de cualquier ataque –que los está habiendo–, pero esto es fútbol y, como siempre, todo dependerá de los resultados, aunque en el caso del Sevilla no a corto plazo.

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