Tan superado se vio el filial sevillista que no exigió a Herrera hasta el minuto 28. Fue con un disparo sin demasiado peligro de Javi Vázquez. Un aviso sin apenas mordiente de un equipo asfixiado por la alta presión de su oponente.

Porque el Oviedo, que se jugaba meterse en la lucha por el play off de ascenso, pudo golear. Ya en el minuto 2 dispuso de una doble ocasión de Aarón Ñíguez y Folch tras una mala salida de balón del Sevilla.

Soriano pareció no haber aprendido la lección, pues volvió a errar en el minuto 4 al intentar pasar el esférico a Chacartegui. Ñíguez lo interceptó y Folch, esta vez sí, marcó.

En adelante, el filial fue víctima del asedio del Oviedo, que de no haber sido por su falta de puntería y el protagonismo de la madera –que repelió dos disparos–, pudo haber conseguido una ventaja mayor.

No lo hizo y casi lo acaba pagando, pues aunque Christian Fernández marcó de cabeza el 2-0 en el 56’ ante la impasibilidad de la defensa sevillista, Folch firmó un autogol poco después. Carmona había intentado rematar y el centrocampista, en su intento por ayudar a Herrera, se la coló.

Los nervios se apoderaron del Oviedo. Los de Tevenet, de la mano de un buen Pejiño, jugaron entonces sus mejores minutos y Viedma, a centro de Carmona, acarició el empate.

En el 69, Pejiño tuvo la mejor de su equipo, pero el meta local sacó una mano providencial. El marcador, tan engañoso según lo visto en el campo, ya no se movió.

El arreón del filial fue menguando, aunque ya no hizo más concesiones. Demasiados errores había lamentado ya.