Con la acumulación de partidos y con citas de gran calado cada cuatro días en un torneo eliminatorio como la Europa League, no es un capricho que Julen Lopetegui alinee en unos partidos a Luuk de Jong y en otros a Youssef En-Nesyri. Tampoco obedece su decisión a las rachas de uno o de otro ante el gol. No tiene nada que ver. Aunque para algunos técnicos, movidos por la superstición, sea un dato muy importante, el entrenador vasco le da prioridad a otras variables mucho más profesionales y futbolísicas que parten de un análisis táctico previo, como la forma de defender del equipo rival.

El sistema de competición, a eliminatoria pura, también descarta otra razón que pudiera en otras ocasiones esgrimirse, el dar descanso a uno u otro según los minutos acumulados.

Desde el mercado de enero el Sevilla tiene la suerte de contar con dos variantes a la hora de comenzar la presión al rival en su inicio del juego, algo clave para el funcionamiento colectivo del equipo en la tarea de la recuperación del balón. Si De Jong aporta un desgaste impresionante en las disputas aéreas y está también más capacitado para aguantar el balón y empujar a la defensa hacia su área, con la llegada de En-Nesyri el Sevilla puede presionar mucho más el espacio. El trabajo del marroquí, debido a su potencia de piernas y zancada, es mucho más dinámico, otorgando a los zagueros rivales mucho menos tiempo para pensar en la salida del balón, pues sus desplazamientos son mucho más ágiles.

¿Y qué hace que Lopetegui se decante por uno o por otro? ¿Que el rival juegue con tres centrales o con defensa de cuatro? No tiene nada que ver. Los equipos se distinguen a la hora de defender por hacerlo con dos referencias distintas, unos lo hacen con la referencia de la distancia con el balón, por ejemplo, el Barcelona, y otros defienden con la referencia de la distancia de su propia portería: como el Atlético de Madrid, y todos se sienten más o menos cómodos de una manera o de otra tratando de tirar la línea donde su entrenador les marque.

Depende de lo que Lopetegui pretenda para cada partido eligirá a uno o a otro. ¿Por qué se decantó por En Nesyri ante Roma y Wolverhampton? Fundamentalmente por la forma de defender de ambos. Aunque de manera distinta, tanto uno como otro dejan muchos huecos a la espalda de su defensa, de ahí que la velocidad del marroquí podía hacerle más daño en la presión y , en caso de robo, elevar las opciones con la velocidad al espacio. La defensa de la Roma intentaba jugar y el Wolves, no, sino que más bien buscaba la salida directa, pero la posición de esa línea de cinco, aunque fue poco a poco retrocediendo con la posesión sevillista, dejaba muchos metros para atacar y sus centrales, salvo un poco Boly, eran lentos. Con la salida de De Jong en los minutos finales, Lopetegui buscaba de cara a la prórroga aprovechar su juego aéreo y su capacidad para fijar la defensa más cerca de la portería, pero el gol de Ocampos llegó antes de lo inicialmente previsto.

¿Qué hará Lopetegui ante el Manchester United? Por un lado, siguiendo la tendencia de repetir alineación tras el buen funcionamiento del equipo ante Roma y Wolverhampton, lo normal es que opte por En-Nesyri, pero dependerá de lo que busque para una cita que es transcendental a estas alturas de la competición en la que no hay margen de error.

Ole Gunnar Solskjaer ha alineado a cuatro defensas en los dos últimos partidos antes LASK y Copenhague, con Bailly y Maguire como centrales, pero en la Premier también ha optado a veces por la zaga de tres. Bailly y Maguire suelen empujar a su equipo hacia arriba cuando domina a sus rivales, pero no se le caen los anillos si es necesario recular hasta el borde del área y es ahí donde entra en función el papel del delantero.

De Jong tiene más capacidad que en En-Nesyri para dividir a la defensa rival con dos centrales a la hora de salir y quizá la presencia del holandés intimide a los zagueros de los red devils por su fortaleza en el cuerpo a cuerpo. Sobre todo Maguire tal vez se sienta más seguro dando un paso atrás en estas situaciones, lo que en el caso del Sevilla facilita mucho más la llegada de los hombres de segunda línea, Ocampos especialmente, que es quien tiene más gol, como ha demostrado siendo el máximo artillero del equipo. Quizá eso es lo que lleva a Lopetegui a tener la tranquilidad de que no precisa necesariamente los goles de un nueve, sino más bien un trabajo efectivo y muy útil para todo el equipo y para ganar el partido, que es lo que de verdad cuenta.