El técnico soriano no quiere dejar nada a la suerte, pues su seña de identidad es la de trabajar día tras día y en el Sevilla no iba a ser menos. En el partido que enfrentó al conjunto hispalense contra el Extremadura en el Ramón Sánchez-Pizjuán se pudo observar que Machín quiere tenerlo absolutamente todo atado.

La estrategia es algo fundamental en el estilo de juego que entiende Machín y el poderío por arriba de sus equipos lo demuestra. A la espera de ese goleador que ansía, el Sevilla cuenta con jugadores que pueden hacer mucho daño en acciones ensayadas a balón parado.

Amadou, Kjaer o Gnagnon, sumado al delantero referencia que el Sevilla, se supone, tendrá en sus filas antes de que comience la Liga, pueden ser un factor determinante en algunos encuentros. Los bloqueos son el arma fundamental en la estrategia del técnico soriano y en el partido contra el Extremadura se pudo ver bastante bien. Uno tras otro los córners y las faltas laterales se sucedían, era entonces cuando entraba en acción la pizarra de Machín.

Normalmente se encadenaban dos o tres bloqueos en las posiciones interiores del área para después liberar a un futbolista que solía aparecer o al primer o segundo palo, según requiriese la acción. El rival del Sevilla no era el más idóneo, pero se pudo observar el trabajo de Machín sobre sus pupilos que, durante todo el partido, no pararon de realizar jugadas ensayadas cuando ocurría una falta.

La pretemporada sevillista, ya “acabada” debido a que el club no jugará más amistosos, deja aspectos positivos en cuanto al técnico se refiere, a pesar de que no terminen de llegar todos los fichajes que se hubiesen esperado hace unos meses. Machín sabe que tiene que seguir trabajando y que si persiste en su idea, los jugadores acabarán automatizando los mecanismos.

Los desplazamientos en largo son otro de esos aspectos que se nota que Machín ha trabajado, pues sobre todo Roque Mesa y Kjaer fueron los más incisivos en este aspecto. Cuando el rival bascula en la presión, los jugadores sevillistas ya esperan un desmarque en el otro costado que pueda permitir desahogar el juego. Machín quiere un juego rápido y versátil y necesita tener a todos los jugadores metidos en su idea.