Sevilla FC | Resumen 2019

De la ilusión con Monchi a las lágrimas por Reyes

  • El regreso del director deportivo justo en el momento de mayores dudas y el adiós del utrerano en un trágico accidente de tráfico marcaron un 2019 de plena transición

José Castro, Julen Lopetegui y Monchi, el trío del proyecto del Sevilla FC.

José Castro, Julen Lopetegui y Monchi, el trío del proyecto del Sevilla FC. / Juan Carlos Muñoz

El Sevilla abre un 2020 cargado de ilusiones a lomos de ese caballo que es el plan estratégico de crecimiento puesto en marcha por sus gestores y deja atrás un 2019 marcado por dos acontecimientos, uno feliz y otro luctuoso, que emocionaron a la afición. Uno fue el regreso de Monchi en marzo como director general deportivo, una figura sobre la que construir un futuro aún más brillante, y otro fue el fallecimiento en trágico accidente de tráfico de José Antonio Reyes el primer día de junio, mito, leyenda y santo y seña de la cantera nervionense, un jugador cuya marcha dejó un vacío importante en el corazón de todos los sevillistas.

2019 fue un año en el que el sevillismo puede decirse que vivió montado en una especie de montaña rusa, un periodo de transición que tuvo de todo. La ilusión que generó tras un gran arranque de Liga el proyecto liderado por Pablo Machín, las dudas que luego fueron generando las carencias de una plantilla formada por Joaquín Caparrós, antecesor de Monchi como responsable de la planificación junto a Paco Gallardo y Carlos Marchena. Ello casi coincidió con los primeros meses del año, entre final de enero y principios de febrero el Sevilla caía en la Copa del Rey tras un desastroso partido en el Camp Nou en el que el Barcelona le hizo 5 goles a Juan Soriano. Después, en la Liga el equipo fue pagando el peaje de las carencias en varios puestos, siendo la eliminación en la Europa League en una noche aciaga en Praga ante el Slavia lo que precipitó la destitución del entrenador soriano, un técnico que apuntó buenas ideas y que también pecó de cierta rigidez táctica para adaptarse a la plantilla que puso en sus manos un Caparrós que prefirió ocupar su asiento antes que contratar a otro entrenador. Fue un mes de marzo de muchos sobresaltos. Con las críticas arreciando contra José Castro por su gestión, por el sueldo que se puso tanto él como su vicepresidente, Gabriel Ramos, y por los cada vez más fuertes rumores sobre las intenciones de los máximos accionistas de vender sus paquetes a un inversor extranjero del que surgían noticias inquietantes.

La capilla ardiente de José Antonio Reyes se instaló en el estadio. La capilla ardiente de José Antonio Reyes se instaló en el estadio.

La capilla ardiente de José Antonio Reyes se instaló en el estadio. / Antonio Pizarro

La carrera por la compra de acciones de estas propias familias de sevillistas y máximo accionistas y la aparición en escena de ‘Sevillistas Unidos 2020’, una sociedad opaca con sede en paraísos fiscales que meses después se sabría que había entrado en el accionariado con más de un 5% de acciones adquiridas. Sin embargo, el golpe de efecto en lo deportivo lo dio Castro con una jugada maestra, el anuncio del regreso de Monchi sólo una semana después de finalizar su vinculación con la Roma por diferencias con su presidente, el americano James Pallotta.

Estaba claro que iba a haber un antes y un después de ese anuncio y de ese emotivo regreso. El de San Fernando, el gran artífice del Sevilla ganador de este siglo, poseedor de seis títulos europeos y otros tres nacionales, ponía las bases de un nuevo impulso que el sevillismo pronto empezó a ver como un salto más hacia la élite futbolística.

Los meses siguientes fueron igualmente emotivos. Caparrós anunciaba en vísperas de un derbi que sufría leucemia crónica, aunque controlada, por lo que se veía con fuerzas para seguir al frente del equipo y tratar de reconducir una temporada que se había torcido seriamente. Y con el utrerano el Sevilla lograría clasificarse para la Europa League como sexto, aunque se escapó lamentablemente el objetivo de la Champions, que estuvo cerca pero que acabó derrumbándose con derrotas como las que sufrió en plazas como Gerona o Getafe y en un extraño 0-3 del Leganés en el Sánchez-Pizjuán.

Por entonces, Monchi ya tejía el que iba a ser el nuevo Sevilla, un proyecto con su firma que primero levantaría dudas con la elección de Julen Lopetegui como técnico por su abrupta salida de la selección dos días antes del Mundial y su sonado fracaso en el Real Madrid. No obstante, la cascada de fichajes y un inicio de Liga más que prometedor solaparon rápidamente esas reservas hasta convertirlas en ilusión.

Diego Carlos fue el primer fichaje de Monchi en su regreso al Sevilla FC. Diego Carlos fue el primer fichaje de Monchi en su regreso al Sevilla FC.

Diego Carlos fue el primer fichaje de Monchi en su regreso al Sevilla FC. / Juan Carlos Vázquez

Otra revolución 'made in Monchi'

El regreso de Monchi al mando de las operaciones, aparte de la elección de Lopetegui como técnico, trajo otra revolución en fichajes, hasta un total de 13 incorporaciones en verano que cambiaron como un calcetín la plantilla y la planificación que había llevado a cabo Caparrós. Algunos de ellos ya han logrado una revalorización en el mercado muy importante. Diego Carlos, Koundé, Ocampos, Joan Jordán, Rony Lopes, Gudelj, Fernando, Reguilón, Óliver Torres, De Jong, Bono y Chicharito se unían a Dabbur, ya fichado en enero por Caparrós pero para la presente campaña.

La paz social, otra gran noticia

El fin de las hostilidades entre las dos grandes facciones del sevillismo enfrentadas, la familia Del Nido y el grupo que mantenía a Castro en la presidencia con las acciones del grupo Carrión y Roberto Alés (otra gran pérdida en 2019 que entristeció al sevillismo en febrero) fue una gran noticia en vísperas de la última Junta General de Accionistas. Ello permite al consejo una estabilidad clave para afrontar el ambicioso proyecto trazado sobre un plan estratégico para llevarlo a cabo en los próximos cinco años. Eso sí, esta paz llegó a cambio de una fuerte retribución de los principales cargos del consejo ejecutivo, Del Nido Carrasco incluido.

Una final europea para el Sánchez-Pizjuán, un 'título' más

El club celebró como si se tratase de un nuevo título para las vitrinas del Sánchez-Pizjuán la elección del estadio sevillista por parte de la UEFA como sede de la final de la Europa League de 2021. Los esfuerzos y la inversión realizadas en el coliseo nervionense en materia de obras y reformas dieron los frutos con este logro materializado el 24 de septiembre. El Sánchez-Pizjuán albergará por tanto la segunda final europea de su historia tras la de la Copa de Europa de 1986, la que ganó el Steaua de Bucarest al Barça en la tanda de penaltis.

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