Hubo rotaciones en el Real Madrid, lógicas ante lo que se avecina en Kiev, pero también las hubo en el Sevilla con lo que asoma en un horizonte más cercano, al sur de Sevilla, este sábado. Caparrós hizo hasta cinco cambios con respecto al equipo que venció a la Real. Lo más llamativo fue ese doble lateral derecho, Mercado-Layún. Y fue clave.
Defensa
El internacional mexicano cuajó su mejor partido, sin duda, con la zamarra blanca. Dio seguridad y confianza a Mercado ante la mayúscula empresa de frenar a ese prodigio llamado Marco Asensio y a ese tren desbocado que atiende por Theo. Los pivotes no tuvieron que mirar a su derecha para las ayudas y coberturas y se centraron en tapar los caracoleos y maniobras de Dani Ceballos por dentro. Guido Pizarro, con sus limitaciones físicas, hizo por no perder la posición y hasta permitió que N'Zonzi ganara metros y le buscara las cosquillas a la zaga ayer de azul.
Zidane acertó al sacar a Asensio de la izquierda y acercarlo a Lucas Vázquez, quien no paró de encarar e insistir ante Escudero. Ahí, el genio balear cambió el regate y la conducción por el toque en profundidad a la banda o el centro al área, como ocurrió en el 3-1 de Borja Mayoral. Caparrós, a su vez, reaccionó a ese retoque metiendo a Roque Mesa volcado a ese costado, primero, y luego trocó a Ben Yedder, reventado y dolorido, por un tercer central, Carriço, que echara una mano a Lenglet y sobre todo a Pareja, que daba también síntomas de cansancio.
La tensión colectiva de esas dos líneas de cuatro, su atención a los balones sueltos en despejes, rebotes y rechaces con el Madrid volcado fue encomiable. Pocos tiros y últimos pases concedieron.
Ataque
El Sevilla tiene las fuerzas justas para defender con un buen posicionamiento y apretar en momentos puntuales, cuando el rival tenga una duda atrás o se destape. Caparrós supo ver pronto que Muriel podía dar más de sí arriba, junto a Ben Yedder, que en la banda izquierda, e intercambió su posición con la del Mudo Vázquez. El colombiano le respondió anticipándose a Vallejo en un balón largo de Pareja y prolongando a Ben Yedder, que aguantó a Sergio Ramos y definió con sangre fría.
Ese gol ahormó el partido para el Sevilla. Hasta entonces, apenas olió el balón. Pero el Madrid se abrió, dejó muchos espacios entre sus defensores, y entre éstos y sus medios, y el Sevilla acudió a ellos raudo y con colmillo, como un lince al conejo. Layún o Mercado por la derecha, N'Zonzi por el medio, el Mudo y Escudero por la izquierda, irrumpieron al espacio en el momento justo para asociarse con Ben Yedder, que ganó muchos balones y los descargó siempre con acierto.
Virtudes
Es más sólido y ya muerde.
Talón de aquiles
Las energías están muy justas.
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