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La pelota, en el tejado de Monchi: el Sevilla espera acontecimientos

Monchi saluda a la afición en la celebración de la Séptima.

Monchi saluda a la afición en la celebración de la Séptima. / José Manuel Vidal / Efe

Vísperas de mucho, días de nada. En realidad, el refranero español recoge esta misma frase, pero al contrario: Días de mucho, vísperas de nada, en un intento de avisar a los manirrotos del peligro del despilfarro. En el Sevilla actual, que sigue como inmerso en ese manicomio que se llevó por delante al Manchester United, la Juventus y la Roma, no hay motivos para el despilfarro y sí para la cautela. Sobre todo porque todavía no está nada claro qué va a pasar con su figura más destacada en este siglo XXI, el hombre de los once títulos y las diez clasificaciones para la Champions, las cuatro últimas consecutivas y coincidiendo con su regreso en 2019 desde la Roma. Todo eso se ha roto por muchos factores, pero falta la espoleta que concrete la fractura.

De momento, toda la expectación que había depositada en la víspera del día de San Antonio, es decir, en la jornada de ayer, lunes, quedó en veladas manifestaciones de fuerte desencuentro y poco más. Nada tangible a lo que pueda agarrarse el aficionado sevillista, que mientras sigue inmerso en un estado de felicidad, de euforia ante la increíble gesta protagonizada por su equipo hace menos de dos semanas, contempla estupefacto cómo sigue el culebrón de Monchi, sin solución de continuidad. Pero, ¿se va o no se va? El propio Monchi tiene la palabra, aunque no sólo le bastará ésta, que ya expresó la semana pasada, sino que el comité de dirección del club, concretamente dos de sus consejeros delegados, José Castro y José María del Nido Carrasco -el tercero es Gabriel Ramos, aunque es más testimonial-, le piden que pague la cláusula de rescisión para irse.

La cláusula de Monchi y el Aston Villa

Ésta es de 2,5 millones de euros y el Aston Villa podría aparecer como la deseada solución de esa continuidad que ya empieza a ser algo más que incómoda, incluso inquietante, porque es época plena de planificación y la dirección deportiva del Sevilla está completamente en el aire.

Los dos consejeros delegados del Sevilla, los dos mandamases del club mientras que la justicia o la Junta General Extraordinaria solicitada por José María del Nido no diga lo contrario, se reunieron ayer por la mañana con Monchi. También estuvo Fernando Navarro, lo que dio carácter de rutina a esa entrevista habitual en la que el todavía director general deportivo del Sevilla presentó un informe sobre planificación. ¿Y de su posible salida? Nada hubo, salvo la reunión vespertina del consejo por un lado y, al mismo tiempo, la charla de Monchi a los equipos de fútbol 7 por otro.

Monchi, dos veces en el estadio

Castro y Del Nido Carrasco instaron a Monchi a que reflexionara durante el largo fin de semana desde que éste les comunicó su intención justo después del último partido de Liga, el Real Sociedad-Sevilla disputado el domingo 4 de junio. Pero Monchi no ha cambiado de opinión y ya no sólo puede aducir motivos personales, sino que tiene a un club con poder económico como el Aston Villa, donde sigue abierta la posibilidad de que se reencuentre con Unai Emery, como para pagar una importante cantidad para liberarlo.

Sin embargo esto aún no se ha producido, más allá de la información que acompañó desde Inglaterra al anuncio del club de Birmingham de que ha cesado del cargo su director ejecutivo, Chrstian Purslow, después de cinco años en el club. The Telegraph vinculó la noticia de la salida con la de la llegada de Monchi, e incluso aseguraba que ofrecerá 1,7 millones de libras, al cambio cerca de dos millones de euros: 1,985 millones concretamente.

Una reunión del consejo insustancial

Pero Monchi no le comunicó ayer nada al club en la reunión matinal ni tampoco fue llamado a la reunión vespertina del consejo de administración, una reunión en la que apenas hubo asuntos relacionados con la planificación y en la que Castro informó a los consejeros lo que es vox populi: que Monchi se quiere ir y que se le ha sugerido que se quede, como desea el el club, o que pague su cláusula. Nada más, al margen de la campaña de abonos, en la que el Sevilla tendrá el detalle de no subir los carnés, pese a la clasificación para la Champions, por todo lo sufrido por sus socios en la Liga, en la que el equipo de Nervión ha tenido los peores números del siglo XXI.

Así que, lo dicho, vísperas de mucho, días de nada. Ni Monchi trasladó que el Aston Villa pagará por él ni el comité de dirección lo invitó a que se explicara ante el consejo, en una guerra soterrada de gestos estratégicos por cada parte.

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