Último tercio de la Liga: hora de sacar la personalidad
El Sevilla inicia la fase más dura del calendario en Anoeta antes de que el Athletic abra el trío de partidos en Nervión ante los tres perseguidores del Barcelona: un sevillismo hastiado puede erigirse en juez de su destino
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Llega el último tercio de la Liga. Doce jornadas que definirán los destinos de casi todos los equipos, tal es la igualdad que reina en un campeonato especialmente irregular y hasta de bajo nivel en algunos casos. El Sevilla es de los pocos equipos que afrontará esos doce últimos partidos con relativa calma, sin que la emoción lo atropelle... a no ser que empiecen a torcérsele las cosas de forma tozuda.
Más cerca de los puestos europeos que de los de abajo, ni siquiera sabe aún a cuántos puntos está de la última posición que dará derecho a disputar alguna competición continental, algo que sería una buena nueva inesperada y sería acogida con entusiasmo por unos dirigentes que deben buscar ingresos bajo las piedras. Ahora mismo está a tres puntos solamente del séptimo y el octavo, dos posiciones que podrían terminar siendo continentales. Y los puestos de descenso los tiene a nueve puntos. ¿A qué debe aspirar entonces el equipo de García Pimienta en este duro y decisivo tramo final?
Un Sevilla mejor que el que empezó
Es la hora de ver la personalidad de este equipo, de esta plantilla, que tiene en su mano decidir su destino entre ilusionarse con mirar hacia arriba todavía pese a los últimos y frustrantes empates o atarse los machos si entra en una depresión que lo arrastre a la zona caliente la tabla, pero por abajo. Lo único cierto es que ahora le llega el tramo más duro del calendario. Una recta final en el que cabría esperar que se viera un Sevilla mejorado a tenor de lo que ha defendido desde el principio García Pimienta. “Se va a terminar viendo un Sevilla mejor que el que empezó”, ha reiterado el técnico barcelonés en una especie de coletilla fetichista en sus comparecencias.
El último tercio de la Liga, aunque no matemáticamente exacto, comienza este domingo a las 21:00 en Anoeta. La Real Sociedad marca el primero de los doce últimos encuentros en los que el Sevilla se va a medir con más rivales de la zona alta que de la zona baja. De hecho, se va a cruzar con cinco de los seis primeros clasificados en estos momentos, todos menos el Barcelona, por este orden: Real Sociedad, Betis y Villarreal a domicilio y Athletic, Atlético y Real Madrid en casa.
Cuatro rivales de la zona que quema
Puede ser incluso una ventaja, porque conforme avancen las jornadas cada balón exhalará fuego en los partidos con rivales de la zona baja. Y una de las visitas más peliagudas que le quedan es a Mestalla contra el Valencia. Mientras que también tiene que jugar, aunque al calor de su gente en el Sánchez-Pizjuán, frente a otros implicados en el abismo de la tabla como Alavés, Leganés y Las Palmas. Estos tres partidos llegan en las jornadas 32, 34 y 36 y para estas alturas ya debería tener algunos puntos más que le den tranquilidad al sevillismo.
Sólo Osasuna y Celta, ambos a domicilio, se aparecen como dos rivales de la zona templada que comparte el Sevilla, aunque no parece que El Sadar o Balaídos sean escenarios agradables para el equipo de García Pimienta actualmente.
Una sola derrota en 2025
“Se va a terminar viendo un Sevilla mejor que el que empezó”... La frase resuena como un eco incómodo, como un zumbido metálico que reverbera de fondo mientras el Sevilla sigue sin demostrar una faz de equipo fiable. Aunque el club ha querido destacar que en lo que va de año 2025 sólo ha perdido frente al nuevamente intratable y voraz Barcelona. Pero es que la media docena de empates que ha firmado desde que Jesús Navas se despidió del fútbol pesa como una losa que lo ha anclado en esa medianía de la indefinición con la que encarará este tramo final.
De esa media docena de empates en lo que va de año tres llegaron en Nervión. Y viendo lo que tiene a domicilio el Sevilla parece que Nervión podría ser juez de su destino, aunque ya no es el fortín que era: más de dos meses lleva sin ganar el Sevilla ante su gente. El hastío se hace notar. Y eso también debe hacerlo virar el equipo con personalidad.
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