Sociedad

Carlos Amigo Vallejo: "Benedicto XVI no da puntada sin hilo"

  • Es el veterano de los cinco cardenales españoles con derecho a voto en el próximo cónclave. Defiende que la edad del Papa es una cuestión indiferente.

Se marchó de la ciudad de Sevilla el mediodía del 25 de noviembre de 2009 tras 28 años como arzobispo. Salió del Palacio Arzobispal en coche, acompañado por su inseparable Pablo Noguera. Aquel día detuvieron el vehículo al salir del límite de la diócesis para hacer algunas llamadas telefónicas a los colaboradores más íntimos. Pablo VI lo hizo obispo de Tánger en 1973. Juan Pablo II lo destinó a la archidiócesis de Sevilla en 1982. Y en 2003 lo hizo cardenal en una ceremonia celebrada en Roma en la que estuvo arropado por políticos españoles de distintos partidos y por cientos de sevillanos que vivieron en directo un intenso consistorio bajo la lluvia de noviembre y con oropeles posteriores en la embajada española. Por segunda vez asistirá a un cónclave con derecho a voto. Ahora vive en Madrid. Y viaja continuamente por el mundo.

-¿Cómo se ha enterado de una noticia que sí que es verdaderamente histórica?

-Pues por las mañanas suelo ir andando al despacho que tengo en el convento franciscano en Madrid, al que siempre acudo a pie y oyendo los informativos de la radio. Pero esta vez iba oyendo zarzuela casualmente. Así que no me he enterado hasta que he llegado al convento y había corrillos de franciscanos en los pasillos comentando el tema. Rápidamente he llamado a la Nunciatura.

-¿Y cuál es su primera valoración de un hecho así?

-Estoy sorprendido por una parte, pero por otra no. Porque conociendo al Papa desde que lo conozco, de cuando era el cardenal Ratzinger, no me sorprende tanto la decisión que ha tomado. Es una persona coherente, leal a sus sensibilidades y que, como nos gusta decir, no da puntada sin hilo. Estoy seguro de que su decisión responde a una reflexión muy meditada y consultada con Dios. Por otra parte, me he llevado un pequeño disgusto, porque es un Papa magnífico que nos deja un magisterio imponente, marcado por gestos de mucha altura, de los que podríamos citar varios, como su diálogo con la Reina de Inglaterra, con la Iglesia Anglicana y lo que supuso aquel viaje inolvidable; la cantidad de encuentros que ha promovido con los pueblos musulmanes, con la Iglesia ortodoxa... Benedicto XVI lo ha dado todo con gran sentido de la actualidad y de la humildad.

-Tal vez Benedicto XVI ha querido ser consecuente con algún principio íntimo nunca revelado y no ha querido repetir el tramo final de Juan Pablo II, que siguió al frente de la Iglesia con evidentes muestras de debilidad por su avanzada edad. El cardenal Ratzinger fue testigo directísimo de aquel final.

-Los papas no se repiten. Cada uno toma la decisión que corresponde a ese momento. Lo que hoy se puede decidir con cabeza, a lo mejor no es posible en el futuro porque sería difícil hacerlo. Juan Pablo II siempre mantuvo la cabeza y sus cualidades a pesar de los dolores. El mismo Benedicto XVI ya atisbó la posibilidad de esta decisión en uno de sus escritos. Su decisión no merece más que un profundo respeto. Ya dije en una entrevista anterior que este Papa nos iba a sorprender, pero yo pensaba en otro tipo de sorpresa... Benedicto XVI nos deja un pontificado marcado por la humildad de la verdad, la creatividad del intelectual y una indudable fe en la fuerza de la palabra de Dios. La renuncia de un Papa se ha dado ya en alguna ocasión, pero para nosotros es algo inédito. Esto demuestra que la Historia de la Iglesia continúa.

-¿Por qué perfil de Papa debe apostar la Iglesia en el inminente cónclave? Usted va a estar en la Capilla Sixtina por segunda vez como cardenal elector al tener menos de 80 años de edad.

-Yo estoy rezando y ya me tiemblan las manos pensando en que tengo que introducir la papeleta. Es una responsabilidad inmensa que se asume con mucha paz. Antes del cónclave se celebran unas jornadas previas en las que se nos entregan los informes de las distintas congregaciones y el currículum aséptico de cada cardenal, sin más valoraciones que sus datos y las responsabilidades que ha ejercido cada uno. Pedimos al Señor que nos ilumine y poco a poco todo aquello que se va hablando y valorando va cristalizando en una decisión.

-¿Y qué cualidades deberá reunir a su juicio el nuevo Papa?

-La Iglesia está en un momento en el que tiene que apostar por el diálogo con el mundo en general sin imponer nada, y no me refiero al mundo en un sentido geográfico, sino a toda una serie de conceptos como la familia, el desempleo, los jóvenes, la fidelidad a la evangelización, la escasez de las vocaciones y la formación de los nuevos sacerdotes... La Iglesia tiene que ser fiel a Jesucristo antes que buscar la credibilidad del aplauso.

-Usted siempre ha sido un defensor de los valores y ejemplos de la Tercera Edad. ¿Cree que tras esta renuncia ha llegado la hora de elegir a un pontífice joven que pueda augurar un pontificado largo?

-La edad del Papa es indiferente. Su decisión ha sido valiente y él mismo la ha motivado en su edad. No hay que olvidar que para todos los dirigentes se han complicado mucho las cosas. Ha habido papas con mucha edad y grandes obras. Fíjese en la renovación social de León XIII o en las maravillas de Juan XXIII. El Papa es intemporal. Se buscará al mejor con la ayuda del Espíritu Santo.

-¿Y usted se siente con fuerzas?

-Yo estoy muy bien gracias a Dios. Y me encuentro arreglando la agenda para acudir a Roma como cardenal elector. Pido a los sevillanos que recen por todos nosotros para que Dios nos ayude en la tarea.

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